Vengo de La Habana
Al artículo de Mario Vargas Llosa Vamos a La Habana le respondo: "Vengo de La Habana", de impartir un curso en los talleres de litografía y grabado de la plaza de la Catedral; magníficas instalaciones carentes de los materiales más básicos, pero dotada de un gran contenido humano y artístico de los cubanos.Estoy de acuerdo con partes de dicho artículo, principalmente en la vileza del turismo sexual del que es culpable, en primer lugar, el gobiemo cubano y no están exentas de culpa las empresas hoteleras, agencias de viajes y algún que otro político y librero de este país. En desacuerdo con otras apreciaciones suyas, quiero decirle que no me he engañado ni he engañado a nadie.
He trabajado intensamente con mis colegas, intercambiando conocimientos técnicos en el campo de la litografía y el grabado, sirviendo todo esto para estrechar lazos de amistad entre nosotros y no para solidarizarnos con el régimen, pues ha de saber que los artistas cubanos, nada dependientes, ven de diversas formas la situación política del país y sus posibles salidas en un futuro que está próximo y a la vez incierto.-