_
_
_
_
50 AÑOS DE NACIONES UNIDAS

El mundo se compromete a defender la ONU

Antonio Caño

Desde Estados Unidos a Cuba, desde Japón a Bielorrusia, desde Namibia a Croacia, los países del mundo se comprometieron ayer, por boca de sus máximos dirigentes, a hacer de la ONU un instrumento útil para la paz y el desarrollo de la humanidad. En el primer día de las celebraciones del 50º aniversario de las Naciones Unidas surgieron de la tribuna de la Asamblea General bellas palabras y una amplia gama de propuestas para favorecer la justicia y afrontar los nuevos desafíos contra la seguridad. Es cierto que no son precisamente palabras lo que ha faltado en el medio siglo de vida de esta organización. Pero todos dijeron querer ir ahora más lejos que eso. El presidente norteamericano, Bill Clinton, presentó una iniciativa para luchar contra el crimen organizado, el tráfico de drogas y el terrorismo internacional. Y el secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, pidió la convocatoria de un periodo extraordinario de sesiones para tratar la crisis financiera de la organización.

Más información
Dos billones de gastos al año y 53.000 empleados
Zerual suspende la entrevista con Chirac J. M. C. Nueva York

El mensaje fue casi unánime entre los jefes de Estado y de Gobierno que intervinieron ayer: la ONU no es perfecta, muchas veces su actuación es lenta, en ocasiones sus decisiones están condicionadas a los intereses de las principales potencias, pero el saldo de su vida hasta ahora es positivo, y vale la pena mantenerla. Eso sí, la organización no sobrevivirá sin profundas reformas en su estructura.La profundidad de esas reformas es distinta según el país que las plantea. Así, mientras el presidente cubano, Fidel Castro, pedía poner fin a la "prepotencia" del Consejo de Seguridad, otros, como el primer ministro de Japón, Tomiichi Murayama, proponía simplemente su reestructuración con objeto de posibilitar la inclusión de nuevos países miembros.

Clinton fue quien con más énfasis mencionó la necesidad de desburocratizar la ONU. "Hay que terminar con las ineficacias burocráticas y actualizar las prioridades. Las Naciones Unidas tienen que ser capaces de demostrar que el dinero que reciben se utiliza para mejorar la vida de los pueblos", dijo el presidente norteamericano.

Promesa de Clinton

A cambio, Clinton prometió que Estados Unidos, que debe 1.400 millones de dólares (unos 170.000 millones de pesetas) de sus contribuciones anuales a la ONU, "cumplirá plenamente con sus obligaciones". Más importante aún que eso, el presidente recordó a sus compatriotas -cada día más reacios a contribuir a las Naciones Unidas- que "los valores y los intereses [de Estados Unidos] también se cumplen trabajando con la ONU".

El titular de la Casa Blanca, que habló durante 14 minutos, casi diez minutos más que los demás, pidió una cooperación más eficaz en "la lucha contra los grupos interconectados que trafican con el terror". El presidente norteamericano sugirió una declaración universal para "promover la seguridad de los ciudadanos del mundo", y anunció un plan de su propio Gobierno para actuar de forma más decidida contra el tráfico de drogas, de armas y de materiales de destrucción masiva. Veinticuatro horas antes, Clinton había firmado un decreto para la congelación de los bienes que poseen en Estados Unidos 33 empresas colombianas y 47 colombianos sospechosos de estar relacionados con el tráfico de drogas del cártel de Cali. Entre las afectadas se hallan numerosas firmas farmacéuticas, financieras e inmobiliarias.

El presidente ruso, Borís Yeltsin, propuso, por su parte, la convocatoria para 1999 en su país de la tercera Conferencia de Paz mundial, una réplica de la que por primera vez se celebró, también en suelo ruso, en 11199. Yeltsin se quejó de que la ONU sea dejada al margen en la solución de crisis como la de Bosnia, y advirtió que Moscú sólo enviará fuerzas de paz a los Balcanes si esas tropas quedan "bajo estricto mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Un¡das". "Es inadmisible que una organización regional", dijo Yelt sin en referencia a la OTAN, "tome decesiones sobre el uso de la fuerza ignorando al Consejo de Seguridad".

No fue Yeltsin el único que aprovechó la ocasión para hacer patentes sus quejas. El primer ministro japonés recordó que este año se ha conmemorado también el 506 aniversario del lanzamiento de bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasak¡, y pidió "el cese inmediato de las pruebas nucleares".

El presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasir Arafat, llamó la atención sobre las resoluciones incumplidas del Consejo de Seguridad que atañen a su pueblo, pero también dejó constancia del buen momento que se vive en Oriente Próximo al afirmar que vino a esta conferencia "con el corazón lleno de amor y paz, con una rama de olivo coronada sobre la paz de los valientes".

Muchos de los discursos fueron, desde luego, de mero trámite. Los delegados aprovechaban intervenciones como la del capitán regente de San Marino o del sultán de Brunei para estirar las piernas y tomar un café. Pero cuando llegó el turno de Fidel Castro, todo el edificio guardó silencio y saltaron algunos aplausos, incluso en la sala de prensa.

Butros-Gali, gran anfitrión de esta megacumbre, no tuvo las reservas de los políticos norteamericanos y obsequió a Castro con un amistoso abrazo. El secretario general de la ONU se quejó en su discurso de que "los Estados miembros no consideran que las Naciones Unidas sean una cuestión prioritaria", y pidió a todos que consideren qué es lo que esperan de la organización internacional. "Con todo respeto, les pido que lo hagan", sentenció.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_