Consulta popular, pero no ahora
La pretensión del PNV de alcanzar un consenso con el conglomerado HB-ETA en torno a la autodeterminación no responde al deseo de ejercer ese derecho en plebiscito dentro de un plazo previsible; entre otras razones, porque, dada la desvertebración política territorial y la relación de fuerzas, ese paso podría resultar ruinoso para el proyecto nacionalista.El PNV ya ha dicho que, más que el ejercicio de la autodeterminación en sí, lo que le interesa es el proceso que conduzca a su reconocimiento, y piensa que, sin modificar la Constitución, es posible articular una fórmula de consenso.
A la vista de este nuevo proceso por obtener un derecho de autodeterminación -que no piensa ejercerse, pero que muchos suponen convulso, con ETA aplicada a la máxima desestabilización-, hay dirigentes políticos que en privado se inclinan por acabar con el conflicto ya de una vez.
Sugieren aceptar que el derecho de autodeterminación asiste al País Vasco y fijar la fecha de un referéndum que someta la opción de la independencia al veredicto de las urnas, siempre que se garantice, en cualquier caso, un marco político estable para varias generaciones. "Todo", subrayan, "menos ver cómo nuestros hijos heredan esta misma situación y se la transmiten a nuestros nietos".
Los partidarios del diálogo tendrán también que, hacer frente a las terribles palabras que José María Olarra vertió el pasado día 27 en el diario Egin. "Hasta ahora, los políticos del sistema mantenían una postura extremadamente cómoda, ya que, aunque estrategas del conflicto, se mantenían al margen de las consecuencias".
"Eso", afirmó el dirigente de KAS, "cambió el mismo día del atentado contra Ordóñez, y ahora, cuando los propios políticos se sienten dianas del accionar armado de ETA, se puede observar el cambio de su propio discurso Todo eso [los atentados a Ordóñez y a Aznar] se sustenta" dijo Olarra, "en la estrategia de repartir el sufrimiento".
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