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La mayoría decente y a curará a EE UU

La reacción ante el reciente veredicto del juicio contra O. J. Simpson y la marcha del millón de hombres, en Washington el pasado lunes, han hecho que mucha gente esté cada vez más preocupada por el futuro de las relaciones interraciales en EE UU. Muchos norteamericanos blancos han expresado su irritación ante ese veredicto que, según ellos, pasé por alto pruebas decisivas sobre la culpabilidad de Simpson. Por su parte, los norteamericanos negros han mostrado una consternación similar ante el hecho de que. muchos blancos hubieran podido ignorar los claros indicios de corrupción de pruebas producto del racismo y la deshonestidad de la policía.Tras el veredicto sobre Simpson, la alta participación en la marcha sobre Washington -convocada como día de expiación y curación de los hombres negros- también puso de manifiesto la enorme dimensión del descontento por la injusticia racial existente en EE UU. Pero ni el veredicto ni la marcha revela ron nada nuevo. El dolor por el conflicto y la injusticia raciales es una herida abierta en la psique nacional norteamericana que se remonta a siglos atrás. Confusión, desacuerdo, sospecha, des confianza, polarización y miedo son las palabras que, con demasiada frecuencia, mejor definen el carácter de las relaciones interraciales en EE UU. Sea como sea, debemos hacer las cosas mejor. Sin negar el magnífico progreso que, EE UU ha hecho desde que se inició el Movimiento por los Derechos Civiles en 1955, el racismo sigue definiendo rigurosamente los límites de los esfuerzos norteamericanos por. construir una comunidad. Como dijo mi marido, Martin Luther King Jr.: "El racismo es el perro del infierno que sigue los pasos de la civilización". El racismo impregna todas las instituciones de la sociedad norteamericana. Por ejemplo, en la esfera del empleo, solamente un afroamericano ha dirigido una de las 500 empresas más importantes seleccionadas por Fortune. La discriminación a la hora de contratar, ascender y despedir, temporal o indefinidamente, sigue impidiendo a muchos trabajadores negros conseguir un nivel de vida decente.

La tasea de desempleo de los trabaJadores negros es actual mente el doble que la de los trabajadores blancos. El número de adolescentes negros sin trabajo es el triple que, el de los adolescentes blancos desempleados. EE UU sigue siendo fundamentalmente una nación de barrios divididdos en función de la raza. Numerosos estudios han proba do la existencia de modelos de redlining (negar créditos según límites establecidos para excluir ciertos barrios de las minorías) y otras formas de discriminación racial en préstamos a particulares y a empresas. En el sistema de justicia, encontramos que hay 11 veces más probabilidades de que la pena de muerte sea ejecutada cuando la víctima del reo es blanca. Los acusados negros tienen muchas más probabilidades de ser representados por abogados de oficio con exceso de trabajo y de ser condenados. Los políticos derechistas y medios de comunicación demagógicos, que se benefician de la polarización racial, han lanzado una campana publicitaria masiva para, destruir el consenso nacional, viable en su día, de defensa de los principios de acción a favor, de las minorías. Eliminar esta acción, que ha sido un instrumento eficaz para reducir los prejuicios raciales en el empleo y la educación, y no sustituirla con nada no hará sino incrementar la discriminación y la polarización racial. El racismo frustra a la comunidad y priva a todo el mundo de la capacidad de aprender de los demás y de evolucionar juntos por el bien común. Mi marido dijo una vez: "Tenemos que estar juntos para poder aprender a vivir juntos".

El principal objetivo de la marcha sobre Washington era la reafirmación de la comunidad negra en EE UU. Pero creo que éste es también un. buen momento para que los norteamericanos blancos hagan un examen de conciencia sobre el racismo en su vida, tanto el consciente como el que pasa inadvertido, y que empiecen a preguntarse y a responder honestamente algunas preguntas duras: ¿puede una democracia verdaderamente importante tolerar año tras año niveles de desempleo de un grupo racial que rozan los de una época de depresión? ¿Por qué no hay afronorteamericanos dirigiendo las principales empresas? ¿Tienen los niños negros verdaderamente las, mismas posibilidades que los niños blancos de acceder a un trabajo o recibir una educación decente?

La polarización racial que ha tenido lugar como resultado del juicio contra Simpson durará poco en la mente de la gente justa, que constituye la mayoría de la población norteamericana. Pero el racismo arraigado que ha acompañado a los estadounidenses durante siglos no desaparecerá sin una acción, decisiva. Tenemos que recobrar el liderazgo moral que tan eficaz fue durante, el Movimiento por los Derechos Civiles. Los valores de la compasión, la tolerancia y la no violencia activa -que dieron autoridad a Martin y al movimiento que dirigía- hacen falta para sacar a la nación del atolladero de la injusticia y del conflicto socia les. No podemos seguir permitiendo que la discusión nacional sobre las relaciones interraciales se enmarque en acontecimientos estrafalarios como el caso Simpson, que distorsionan la realidad. Tenemos que empezar a enfrentarnos más directamente, y a favor de la acción, al reto de mejorar las relaciones interraciales en nuestro hogar y en nuestro lugar de trabajo, de educación y de culto.

En los últimos, años ha surgido una serie de programas de formación sobre las relaciones interraciales en la industria y en los colegios. El King Center de Atlanta, por ejemplo, ha dirigido seminarios interraciales para personal de la policía y jóvenes pertenecientes a grupos de riesgo sobre la filosofía y las estrategias de resolución no violenta de conflictos que propuso mi marido. Esto se ha puesto en práctica en Los Ángeles, Detroit, Atlanta y otras ciudades. Es un buen principio, pero hace falta mucho más. Por ejemplo, incluir las enseñanzas de Martin Luther King Jr. en los programas de enseñanza de los colegios podría fomentar el entendimiento entre las razas. Los consejos para las relaciones interraciales, que median en las discusiones y ofrecen una formación activa, deberían ser una característica de todos los institutos de educación secundaria. Los libros de texto de los colegios públicos tienen que hacer una labor mejor a la hora de contar las con tribuciones de los negros a la historia y la cultura norteamericanas. Las empresas e industrias deberían tomar medidas para garantizar que la diversidad no sea un mero formulismo de las relaciones públicas, sino un compro miso serio que se refleje en todos los niveles de dirección y de empleo. Una acción decidida podría cosechar impresionantes recompensas para las industrias que tengan el valor y la fe de invertir en la comunidad negra. Imaginen, por ejemplo, la reputación y la lealtad al producto que recibiría una empresa. si construyese una planta industrial en Watts o en el South Bronx. En todas las comunidades importantes de EE UU hay personas de todas las- razas que trabajan juntas en cientos de proyectos civiles y académicos, unidas en la determinación de convertir el sueño americano en una realidad para la próxima generación. Son los verdaderos patriotas, los constructores de puentes. y los enfermeros que dan a la nación la mayor esperanza.

Si los líderes de la industria, que controlan la mayor parte de la riqueza de EE UU, imitasen la visión y el compromiso de aquéllos, podríamos ver pronto una revolución, hacia la esperanza y salud de las relaciones interraciales en EE UU. El abismo entré las razas es amplio y profundo, pero no tiene por qué ser permanente si la mayoría decente no se deja convencer por los demagogos y permanece centrada en construir puentes de entendimiento y amistad, de cooperación y unidad.

Coretta Seott King es viuda de Martin Luther King Jr. y fundadora del Centro por el Cambio Social No Violento. Copyright Coretta Scott King. Distribuido por Los Angeles Times Syndicate.

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