Una frontera entre el antes y el después
Pese a que el Gobierno se niega a comparar las cifras de siniestralidad en España a las del resto de Europa porque no son homologables, nadie niega que el número de accidentes laborales en este país es de los más altos de la UE y que ello se debe, fundamentalmente, a la falta de prevención, de información y de formación. De ahí las esperanzas depositadas en la ley que incide justo en estos tres puntos. Ahora queda que entre en vigor -lo hará tres meses después de su publicación en el BOE por una enmienda pactada por el PSOE y CiU- y que se cumpla."Esta ley", dice Ángel Cártoba, "ha de suponer la ruptura con el pasado. Tiene que ser la frontera entre e antes y el después". Y ello debe aplicarse también a su seguimiento. Según CC OO, el 88% de las empresas incumple la normativa vigente. Y si se tiene en cuenta que sólo hay 316 inspectores de Trabajo visitando empresas, y que hay más de un millón de centros de trabajo, es fácil deducir que muchas, de esas infracciones pasarán inadvertidas.
Por ejemplo, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo 1993, del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, un 26% de las empresas que tienen obligación de constituir comité de seguridad e higiene por tener más, de 100 trabajadores no lo han hecho. Y de los constituidos, casi el 40% no cumple el requerimiento de mantener una reunión mensual. Ello a pesar de que entre el 75% y el 80% de los trabajadores y empresas consideran este órgano como eficaz y de que, en donde se tiene, es mayor la información sobre riesgos, la realización de reconocimientos médicos o la asistencia a cursos preventivos.
La formación
Según la misma encuesta (2.459 centros de trabajo visitados y 3.148 trabajadores entrevistados) la práctica de formar a los trabajadores en esta materia es minoritaria. Tan sólo en un 12% de los centro de trabajo alguna persona asistió en los últimos 12 meses a algún curso o charla sobre el tema, y sólo en un 26% de lo centros se impartió formación sobre seguridad al inicio del contrato. Lo peor es que, pese a la escasa formación que dan las empresas, la mayoría de los trabajadores (el 75%) la consideran suficiente.
Sólo un 10% de los centros de trabajo ha efectuado algún estudio sobre los riesgos de accidente o enfermedad que pudiera ocasionar el trabajo y sólo un 18,4% ha solicitado algún tipo de asesoramiento externo.
La práctica de informar sobre los riesgos es prácticamente el doble en la industria (el 58%) que en los servicios.
(32%). Y es también mayor en las empresas de más de 50 trabajadores (informa el 70% de ellas) que en las pequeñas.
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