Una sociedad muy lucrativa
Uday, el primogénito de Sadam Husein, y su cuñado, el general desertor Husein, Kamel, mantenían una estrecha, secreta y lucrativa sociedad de negocios, que iban desde el contrabando de petróleo a Jordania hasta el multimillonario monopolio de contratos para la importación ilegal de whisky, neumáticos y cigarrillos, lo que les permitió amasar, según algunas informaciones, una asombrosa fortuna. Cuando la relación' entre ambos se agrió el verano pasado -por la codicia de Uday, dicen-, Husein Kamel, consciente de que su vida corría peligro, decidió desertar a Jordania.Exiliado en Ammán, el general, que estaba a cargo de la industria militar iraquí, hizo todo lo posible por ganarse la simpatía norteamericana revelando secretos que, según Bagdad, no son tales. Es más, Irak acusa a Husein Kamel de ocultar datos a la comisión de las Naciones Unidas, cuyos informes sobre la destrucción del arsenal iraquí son esenciales para cualquier intento de revisión de las sanciones internacionales impuestas hace cinco años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.