El viaje de los Tolliver
Stanley Tolliver viajó a Washington en agosto 1963, el día del célebre discurso I have a dream (Tengo un sueño), para quejarse de la discriminación y protestar contra el racismo enquistado en la sociedad de aquel entonces. Esta vez ha venido desde Ohio, y ha traído con él a toda su familia, con el propósito de animar a sus hermanos de raza a que trabajen para progresar."Las cosas son diferentes ahora", señala el abogado de 70 años. "No es cierto que nada haya cambiado en 30 años. Ha habido avances. Hoy, por ejemplo, un negro tiene buenas posibilidades de ser el próximo presidente de Estados Unidos". Pero aun así, Stanley Tolliver considera que "esta marcha es igual de importante, porque supone la continuación de lo que hizo Martin Luther King".
Tolliver y miles de negros creen que este es el momento de mirar hacia sí mismos, y no hacia el Gobierno, en busca de soluciones a sus problemas. "Si asumimos el mando de nuestras familias, hogares y comunidades, ayudamos a EE UU y nos ayudamos a nosotros", señala. "Las soluciones a nuestros problemas las tenemos nosotros en nuestra comunidad negra. No deberíamos preocuparnos tanto del racismo, sino de cuáles son nuestras posibilidades".
Mensaje clave
Stanley Tolliver Junior está de acuerdo con su padre. "La autodependencia en vez de la dependencia al Gobierno es el mensaje clave", indica el científico de 32 años, "ésa es la razón por la cual he venido hoy".
Esta es una de las pocas ideas en las que la familia Tolliver, que no encaja en el estereotipo negro de Estados Unidos, coincide con Louis Farrakahn, el polémico organizador de esta marcha. Pero los participantes en el acto de ayer querían olvidar sus diferencias y concentrarse en fomentar la unidad. "No voy a hablar en favor o en contra de Farrakhan porque hoy es un día para la unidad", afirma Stanley hijo. Asegura que, tanto él como muchos de los que han venido a Washington, discrepan con Farrakhan, pero reconocen la necesidad de reactivar la conciencia negra de la nación.
Los Tolliver dicen ser prueba de los progresos que ha hecho la minoría negra en EE UU en los últimos años. Pero no quieren conformarse con eso. Reconocen que muchos problemas graves siguen sin resolverse. Destacan los del alto consumo de drogas, el escaso acceso que tienen los negros a las mejores escuelas y la falta de autoestima como norteamericanos. "Nuestros hijos tienen que saber que el primero en morir por la independencia norteamericana fue un negro, Crispus Attucks", concluye Stanley Tolliver padre.
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