Homenaje a García Román
En su ciudad de Granada, ha recibido el compositor José García Román un caluroso homenaje al cumplir sus 50 años de vida que lo son, casi, de servicio profundo a uña vocación artística. García Román, que será pronto hijo predilecto de la ciudad por decisión del Excelentísimo Ayuntamiento, encama en sí mismo buena parte del ser granadino. Creo que Tomás Marco lo ha percibido y convertido en sonidos en Oculto Calmen, la obra que ha dedicado a García Román, plena de ecos albaicineros, de lejanas resonancias albenicianas, clara de intención,. alicatada, triste y risueña. También Carmelo Bernaola se sumó al homenaje con una suerte de broma musical de urgencia sobre el motivo cargante de "es un muchacho excelente", cosa cierta, aunque no fuera eso lo que celebrábamos.El resto del programa era del propio García Román y reunía La resurrección de don Quijote (1994), Paseo de los tristes (1993) y un Stabat Mater, de 1974, revisado hace un lustro, y estuvo defendido de manera admirable por la Orquesta Ciudad de Granada, en clara marcha astensional, gracias al trabajo competente y detallista de su actual titular, Josep Pons. Paseo de los tristes, para guitarra y orquesta de cámara, que fue protagonizado por María Esther Guzmán, me parece más bello cada vez que lo escucho. Esta música de soledades, lírica y ganivetiana, perdurará. En La resurrección de don Quijote, el clima es distinto, pues García Román parte de la entonación encendida y austera con la que León Felipe ve pasar de nuevo la sombra de Alonso Quijano. El obsesionante ostinato que hiere y sostiene el largo y arrebatado discurso, hace pensar en ese "sol verdugo y amigo" del poeta.
El Stabat Mater, obra de amplias proporciones escrita a los 29 años por su autor, nos habla de la importante prehistoria del actual García Román. Su estudio y amor por la gran polifonía, su pasión religiosa, su exacto tratamiento del texto y su ambiente más catedralicio que simplemente eclesial, permitían sospechar con certeza la presencia de un músico auténtico, grande y emocional. Exactamente el que ha recibido ahora el homenaje de y las prolongadas ovaciones de cuantos en gran número acudieron al Auditorio Falla.
Babelia
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