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Mi música quiere provocar la melancolía

A Manolo Tena tardó en llegarle el éxito, pero tras las 300.000 copias de Sangre española vendidas en 1993, se sentía aún más inhibido. Lo que ha hecho después, su nuevo trabajo, titulado Las mentiras del viento, ha sido cuidadosamente preparado. No era cuestión de resbalar ahora. "Este disco parecía que no iba a confirmar o reconfirmar nada porque incluso yo mismo me fui a Miami pensando: ¡Dios mío, a ver cómo hago un disco igual al anterior! No digo mejor, digo igual. Y he vuelto con un disco que deja, para algunos, a Sangre española como un disco menor", afirma, aunque eso es una exageración.Lo cierto es que Las mentiras del viento recuerda mucho a su trabajo anterior, sólo que más trabajado, mejor vestido. "Está muy bien vestido. Es el cuidado que he tenido y he estado vigilando todo, en las nuevas mezclas la masterización y demás. Porque ése era el miedo que yo tenía. Creo que he dado un par de pasos adelante con respecto al disco anterior", afirma.

Esos pasos adelante tienen que ver con la repostería del disco. "Lo que este disco tiene de paso adelante es que son unas canciones del año 95, es decir, están pensadas, grabadas, mezcladas para este año. Y ahora, si pones Sangre española, te suena un poquito peor. El bizcocho a lo mejor es el mismo, pero ahora está un poco mas borrachito, menos seco. Y ese es el paso adelante que podía dar, porque lo que no puedo hacer ahora es un disco completamente distinto. Salir ahora con un disco de bulerías sería una impostura".

Parte de la receta es la variedad de músicos con los que ha compuesto estos nuevos temas, entre los que figuran M. A. Collado, Ángel Venancio, Jaime Asua, José Nodar o Pancho Varona. "Yo tengo un gran respeto por los que han hecho las músicas de mi disco, porque los compositores de mi disco son los mejores que hay en España. Lo que a mí me sale bueno y bonito lo hago, pero si irne mandan un boleró como el que me mandaron no digo: déjalo, que ya le haré un bolero, que tengo una letra para un bolero. No, al revés", afirma el cantante. "Alguien como José Nodar, por ejemplo, que ha hecho la música de Pensándote y El rompeolas, es un compositor joven que no es todavía muy conocido, pero lo será pronto porque tiene mucho talento".

El ambiente latino que frecuentó en norteamérica también ha dejado su huella en temas como Boleros way. "Lo que hay es un bolerazo, pero no ya por mí, sino porque hay una guitarra y un saxo de big band que son los mejores músicos de metal que hay allí. Al mambo le pasa lo mismo, que de repente entra Arturo Sandoval, hace unsolo y ya da igual lo que yo cante".

Temas, en general, melancólicos. Una de sus armas secretas. "Yo tengo la melancolía como mi marca favorita, y creo que hay que provocarla, pero sin desesperación", dice. "El recuerdo es un tipo mentiroso y entristecedor. Pero no quiero decir que paso todo el día recordando, ni que si escucho mi canción se me jodió el día. Eso te hace disfrutar. Hay canciones melancólicas que te ayudan a despertarte con el café y a suspirar y a vestirte, salir al Retiro a ver el otoño. Pero los ritmos pueden ser muy variados, y lo mismo hay un rock and roll que un bolero".

Un disco, en resumen, muy literario, en el que las letras tienen el papel dominante. "Yo no canto nunca confiesa Tena. "Yo canto en directo, canto en las maquetas, en el disco y, ahora que soy feliz, canto en la ducha. Pero eso me lleva a leer y escribir, porque cuando escucho música y digo: voy a hacer algo de este estilo, no lo llevo a la práctica inmediatamente, sino que me lo pienso. Eso hace que me recluya más en lo literario. Mi voz gusta, pero tengo que cantar lo justo y dedicarme a escribir las letras que dan sentido a la música que canto. Porque un título es gran parte del porcentaje de un éxito, y la letra es quizá mucho más del 50% de una canción", afirma.

"Por otro lado, a veces empiezo a rematar las melodías que me han traído algunos de los músicos de este disco. Yo me considero más del otro lado, el que canta sus melodías con mis letras. No es porque yo no sea cantante, soy un cantante muy sui géneris. Yo no soy un cantautor que sabe tocar sus canciones con la guitarra y canta en las bodas y bautizos de la familia. Que además es algo que llevo muy mal".

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