Cuatro mineros muertos y otros cuatro heridos en un pozo de Hunosa en Asturias
Cuatro mineros murieron anoche y otros cuatro resultaron heridos, dos de ellos de gravedad, en un accidente ocurrido en el pozo Candín, de la empresa estatal Hunosa, en Asturias. El siniestro se produjo al desprenderse unas 60 toneladas de tierra de relleno sobre un grupo de 11 trabajadores como consecuencia de la rotura de una malla metálica de contención. Con este accidente, que se produce 43 días después de la catástrofe del pasado 31 de agosto en el pozo San Nicolás, también de Hunosa, y en el que perdieron la vida 14 trabajadores por una explosión de grisú, son ya 29 los mineros fallecidos en accidente laboral este año en Asturias.
La tragedia se produjo a casi 600 metros de profundidad a las nueve menos cuarto, en el momento en que se relevaban los turnos de la tarde y de la noche. Esta fatalidad hizo que el número de víctimas fuera mayor que si no hubiera mediado esta circunstancia. Las tareas de rescate, que se iniciaron con carácter inmediato tras el desprendimiento, se prolongaron hasta la una menos cuarto de la madrugada, momento en que fue sacado al exterior el último de los cadáveres.Los fallecidos son José Manuel Miranda Palacios, ayudante minero, de 31 años y casado; Luis Manuel de la Cruz González, picador, de 36, casado y con una hija; José Ramón Viego Baragaño, picador, de 41, casado y padre de una hija, y Eduardo García Zapico, picador, de 39, casado y con una hija.
Heridos graves
Los heridos de mayor gravedad, trasladados anoche al Hospital Central de Asturias, en Oviedo, son Francisco Javier Loredo Gutiérrez, ayudante minero, de 34 años, casado y padre de una hija, y Dionisio Noguerol Suárez, maquinista de arranque, de 35, casado y padre de dos hijos.Resultaron también heridos, aunque su estado no reviste gravedad, los trabajadores Lisardo Riera Riera, vigilante de segunda de interior, de 36 años, casado y con, una hija, y Juan Enrique Orviz González, picador, de 36, casado y padre de un hijo. Ambos permanecen en el hospital Valle del Nalón, en Langreo.
Numerosos trabajadores de Hunosa, familiares y vecinos siguieron a pie de pozo, en medio de un gran silencio, las tareas de rescate, que se prolongaron durante cinco horas. Las ambulancias alertaron a los vecinos de Langreo, donde se encuentra el pozo, a 25 kilómetros de Oviedo, de una nueva tragedia en la minería asturiana, que ayer noche volvió a convulsionar a estas comarcas, sobrecogidas todavía por el recuerdo del dramático accidente ocurrido en el pozo San Nicolás, en el vecino valle del Caudal, el pasa do 31 de agosto.
Escenas de llanto incontenido y momentos de gran tensión entre algunos familiares de los fallecidos rasgaron el silencio impresionante con que las gentes de Langreo esperaban en la explanada de la explotación las noticias del salvamento.
El director general de producción de Hunosa, Ramón Madera, anunció que los trabajos de investigación se han iniciado esta misma madrugada para desentrañar las causas de este accidente, que aunque es característico de una explotación minera, resulta, por sus características, muy insólito.
Los mineros siniestrados trabajaban precisamente en reforzar las mallas metálicas que soportan el relleno, que está suspendido sobre los talleres donde se explota el carbón. El taller donde sobrevino el accidente denominado La Señorita, situado entre las plantas sexta y séptima del pozo Candín, es prácticamente vertical y se explota con rozadora.
Ramón Madera señaló esta madrugada que "no hay explicación lógica ni técnica" de momento, y que este accidente es "totalmente distinto" al que se produjo el pasado 31 de agosto en el pozo San Nicolás, en el que el elemento desencadenante de la catástrofe fue una explosión de grisú. El responsable de producción de Hunosa agregó que "las medidas de seguridad se siguen extremando en la empresa hasta los máximos niveles. Estos accidentes son anormales. Lo que ocurre es que la frecuencia con que se han producido últimamente pare ce convertirlos en hechos habituales".
En el lugar de los hechos, pasada la una de la madrugada, se personó el presidente del Gobierno asturiano, Sergio Marqués (PP), y el consejero, de Economía, Juan Alcina.
En los últimos años, las minas asturianas se ha cobrado 235 vidas, y 282 trabajadores han sufrido heridas graves. La mayor tragedia en los últimos 50 años se produjo el 31 de agosto, cuando un fallo en los sistemas de alarma propició una explosión de grisú que mató a 14 mineros, cuatro de ellos de nacionalidad checa, en el pozo de San Nicolás.
Comisión de investigación
En la explotación, en las inmediaciones de Ablaña (Mieres), trabajaban 63 personas, aunque habitualmente desarrollaban en él su actividad más de 200 mineros. El Parlamento autónomo aprobó a propuesta de IU la creación de una comisión de investigación sobre el desastre.Con posterioridad a la catástrofe de San Nicolás, el 4 de septiembre falleció en Guardo (Palencia) el minero Luis Martín Abad, aprisionado por una máquina de extracción. El día 20 de ese mismo mes murieron en una galería de la mina de Súria (Barcelona) los mecánico mineros Diego y Salvador Ramírez, que quedaron sepultados por una losa de piedra.
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