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El nuevo hogar

La casa que se está configurando para el año 2000 puede pronto dejar en una curiosa subespecie la que ahora habitamos. No se trata sólo de la influencia de la informática y la telecomunicación laboral sobre el orden y el tamaño de las habitaciones, el número y la condición de las personas que se encierran en los pisos está variando decisivamente la fisonomía del hogar. El divorcio se ha duplicado en Canadá, en Francia, en Holanda o en el Reino Unido desde 1970, y a lo ancho del mundo están aumentando con espectacular rapidez las familias eón un solo padre. En la ex Unión Soviética, el 20% de los hogares están presididos por la madre solamente. En Alemania son el 29,7%, en Dinamarca el 36% y en Estados Unidos, Finlandia, Noruega o Suecia son el 37%. En España, donde el divorcio es reciente, el porcentaje alcanza a mas del 15%.Algunos movimientos conservadores en Occidente claman por el fortalecimiento de la familia y los valores que entibiaban el hogar, pero la familia nuclear ha virado ya hacia modelos diversos que en poco reproducen los valores de la mitología preindustrial. En Estados Unidos, el modelo formado por una pareja sin hijos ha superado ya en número al integrado con un niño o más. Este nuevo tipo de hogar ha crecido con una velocidad del 41% desde 1985 y es el que con más probabilidad se encuentra cuando se llama a un timbre.

Paralelamente ha explotado el porcentaje de parejas que no desean casarse nunca y también el número de hogares habitados por una sola persona: el fenómeno más llamativo de la última década. De hecho, los hogares ocupados por una persona tanto en Europa con en Estados Unidos no ha dejado de crecer en los últimos quince años.,En las grandes capitales europeas la proporción de hogares con un Solo habitante llega, ya hasta. el 30%. Su peso es del 128% como media en el conjunto habitacional de Estados Unidos y llega a ser hasta del 34% en Alemania y del 40% en Suecia. España' es el país de menos solitarios, 13%, entre los europeos.

La familia contemporánea va perdiendo sus lazos biológicos a la antigua usanza y siendo sustituida por una reunión basada sobre todo en nudos psicológicos, menos jerarquizados y más laxos.

En los años que vengan, según todos los indicios, se incrementará el número. de familias con sólo un padre -o mejor una madre- casado antes o no casado al cuidado de sus hijos. Aumentarán las parejas heterosexuales sin hijos, con matrimonio o sin él por medio. Se acrecentará la importancia de las viviendas albergando homosexuales que vivan juntos, con hijos de matrimonios anteriores, con hijos adoptados o sin hijos. Y se multiplicará el número de hogares formados por parientes: abuelos con nietos; madrastras o padrastros con niños; madres divorciadas viviendo con hijos adultos; viudas o solteras compartiendo el mismo techo; domicilios ocupados por amigos jóvenes, gentes en la tercera edad emparentadas o no que prefieren esta clase de cohabitación a las residencias . Grupos, en fin, con relación sexual o sin ella, con niños a su cuidado o sin niños.

Una especialista en sociología familiar, Debra Goldarry, ha llegada a clasificar a la familia contemporánea dentro de la. especie de los hobbies, entendiendo por tal aquella actividad que se mantiene más allá de su función utilitaria y se preserva sólo por su contenido emocional.

La familia biológica tradicional será una opción más y, consecuentemente, los consumos, la arquitectura y los diseños industriales, los electrodomésticos y los animales domésticos, la orientación publicitaria y religiosa, el contenido de los programas políticos o de la televisión, las elecciones en el supermercado o en las urnas tomarán una deriva relacionada con la nueva forma de estar en casa.

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