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El PP vuelve a la carga y denuncia que la Seguridad Social "disfraza" deudas de tres billones de pesetas

Levantar las alfombras. Ésta parece ser la consigna del PP ante relevo de Gobierno que el ahora principal partido de la oposición considera al alcance de la mano. Ayer, en el Congreso, la diputada del PP Reyes Montseny acusó a la Seguridad Social de "disfrazar su balance" y dejar "como herencia" tres billones de pesetas de números rojos. El secretario general de la Seguridad Social, Adolfo Jiménez, lo negó con rotundidad y retó a Montseny a que ponga una denuncia contra los interventores. También en el Congreso, el diputado del PP, Juan Costa, acusó al Gobierno de aplicar "la estrategia Banesto" y utilizar" artificios contables" para inflar los ingriesos y cuadrar las cifras de déficit, lo que también fue negado por Hacienda.

El principal partido de la oposición cuenta con que los Presupuestos de 1996 no serán aprobados, cree que ganará las próximas elecciones y quiere curarse en salud por si, como ellos vaticinan, las finanzas públicas presentan agujeros billonarios. Por ello, las comparecencias ayer de altos cargos de la Administración en el Congreso se parecieron mas a un literal ajuste de cuentas que a un debate presupuestario normal.Días atrás, el portavoz en la comisión de Presupuestos del PP, Ramón Aguirre, utilizó datos ya conocidos del Tribunal de Cuentas para denunciar la existencia de tres billones de pesetas de "déficit oculto" en las cuentas del Estado hasta 1993. Ayer, la diputada Reyes Montseny habló de otros tres billones en la Seguridad Social, y el también diputado Juan Costa, dijo que el Presupuesto de ingresos del Estado está artificialmente inflado para cuadrar el déficit. .

La diputada Montseny explicó así las intenciones de su partido: "Es preciso conocer la realidad con que nos vamos a encontrar". Esta "herencia" está, según un documento interno de la Seguridad Social que distribuyó Montseny, en dos billones de pesetas de deudas históricas de las empresas con la Seguridad Social, más otro billón de los sucesivos préstamos del Estado a diez años que no han sido devueltos. En definitiva, "los balances de la Seguridad Social disfrazan las deudas", dijo Montseny.

Jiménez lo niega

El secretario general de la Seguridad Social, Adolfo Jiménez, calificó de "muy grave" esta acusacion y pidió a la diputada del PP que, si está segura de lo que dice, "presente una denuncia" contra los interventores de la Seguridad Social, pues son los únicos que "pueden disfrazar las cuentas". "Los interventores son funcionarios públicos, no cargos políticos", precisó. Negó validez al documento utilizado por el PP.

Reconoció una deuda histórica bastante inferior, de poco más de un billón de pesetas, pero ex plicó que "'no se trata de cantidades ocultas" sino que figuran en el balance patrimonial de la Seguridad Social, además de estar provisionadas en un 50%, tal como "mandan las normas contables y recomienda el Banco de España". Lejos de suponer una carga, la deuda histórica representa, según Jiménez, un "activo" que mejora la situación patrimonial de la Seguridad Social. Los préstamos del Estado están también reconocidos y contabilizados, añadió, y no vencen hasta dentro de diez años. Se trata por otra parte de establecer un "fondo de reservas" para periodos de crisis, tal como recomienda el Pacto de Toledo sobre las pensiones, explicó Jiménez.

En la comparecencia del secretario de Estado de Hacienda, Enrique Martínez Robles, el diputado del PP, Juan Costa, se empleó también en la idea de poner en tela de juicio la contabilidad pública. Costa denunció que el capítulo de ingresos en los Presupuestos de 1996 "está inflado" y acusó a Hacienda de utilizar "la estrategia Banesto para, mediante artificios contables, cuadrar el objetivo de déficit.

Su argumento principal es que con un cuadro macroeconómico "similar al de 1995" y sin reformas importantes es imposible que los ingresos aumenten más de un 8%. Dijo que, en caso de ser ciertas las cifras del Gobierno, la presión tributaria (ingresos directos e indirectos en relación al PIB) crecerá un 0,7%, en lugar de mantenerse prácticamente invariable, como asegura Hacienda. Acusó al Gobierno de tener una actitud pasiva con el fraude fiscal.

Martínez Robles calificó estas acusaciones de "poco adecuadas" y afirmó que las previsiones sobre ingresos están ajustadas y responden a un mayor crecimiento económico y, en especial, del consumo privado. Respecto de la presión tributaria, Martínez Robles dijo que era mejor hablar de presión fiscal (impuestos más cotizaciones sociales) y reiteró que se mantendrá prácticamente invariable. "Al contrario que Francia, Alemania o Bélgica, nosotros nos adecuamos a Maastricht sin subir la presión fiscal" explicó. Tampoco hay una actitud pasiva contra el fraude "ya que hemos cumplido el 89% de los objetivos para el primer semestre del año".

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