Moscú congela la reducción de tropas en Chechenia ante los nuevos choques

Rusia congeló ayer temporalmente el proceso de desarme y reducción de tropas en Chechenia tras el recrudecimiento de la tensión en aquella república caucásica, que amenaza con dar al traste definitivamente con el acuerdo firmado con los independentistas el 30 de julio pasado.

El deterioro de la situación, que ha seguido al atentado contra el general Anatoli Románov, se produce en un momento sumamente inoportuno para Rusia, coincidiendo con la decisión del consorcio internacional para la explotación del petróleo azerbaiyano del mar Caspio de utilizar el oleoducto que pasa por territorio de Chechenia.

Ayer, Mavladi Udugov, el portavoz del líder checheno Dzhojar Dudáiev, acusó a las fuerzas extremistas rusas de haber realizado un ataque aéreo sobre los pueblos de Mesker-Yurt y Roshin-Chu, al este y al sudoeste de Grozni, respectivamente. Según Udúgov en ambos ataques perecieron al menos 30 personas. Portavoces rusos negaron la responsabilidad por estos supuestos ataques y una fuente militar citada por Interfax afirmó que Roshin-Chu había sido bombardeada por dos aviones que no eran rusos.

El presidente Borís Yeltsin y el primer ministro Víctor Chernomirdin se reúnen hoy para debatir la situación en Chechenia. Los dirigentes rusos decidirán si es conveniente o no imponer el estado de excepción. Políticos y analistas estaban ayer divididos sobre las consecuencias que tal medida puede acarrear.

Yeltsin, que está sopesando la decisión, ha pedido consejo a la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), cuya representación en Grozni, atacada con un lanzagranadas durante el fin de semana, tiene que vérselas con la hostilidad de varios sectores chechenos, incluido el alcalde de Grozni, Beslán Gantimírov. La OSCE podría reducir el número de sus representantes en Grozni -entre los cuales hay un oficial español- de seis a dos, según señaló Interfax, citando a un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores.