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El viaje de 'Dandy'

Juan José Millás

Lo interesante es lo de ese gato de Leganés que ha recorrido 400 kilómetros a pata para llegar a Santiago de Alcántara, en Cáceres, donde suele pasar el verano con sus dueños. Se trata de un suceso paranormal, porque el animal no conocía el camino, ya que siempre había hecho el viaje dentro de una jaula, y drogado, para que no se mareara o no molestara a los ocupantes del automóvil. El caso es que el mismo día en que regresaron a Madrid, el gato salió por la ventana, como era habitual, para callejear un poco, y la siguiente noticia que se tuvo de él es que estaba otra vez en Santiago de Alcántara. Dicen que quizá se despistó por culpa del sedante y que pensó que sus dueños continuaban allí. Otros afirman que no, que volvió porque le gusta el campo. Algunos aventuraron enseguida la posibilidad de que hubiera dejado una novia en el lugar de verano, pero esta hipótesis se descartó enseguida, ya que está castrado. Yo creo que regresó para que volvieran a traerle: si el animal ha observado que el único modo de que le droguen es un viaje en coche,a lo mejor ha pensado que cuantas más veces tengan que traerle más le drogarán. O sea, que Dandy, así se llama, es un gato colgado.De todos modos, eso no explica un viaje, de 400kilómetros por parajes que uno no ha visto en su vida. Hay gente que por un, sedante recorrerían 400 kilómetros o más, sobre todo si se, trata de un valium 5 o un transilium 10, pero no campo a través. Es imposible. Su veterinario, David Martínez, dice que los gatos tienen un extraordinario sentido de la orientación y el equilibrio debido a su complejo sistema nervioso. Yo tengo un sistema nervioso tan complicado como el de ese animal y no me veo recorriendo 400 kilómetros a pie, qué quieren que les diga. Lo primero, que tendría que saber por qué carretera hay que salir, si por la de Extremadura o la de Andalucía, siempre me hago un lío con las carreteras y el sistema radial, y más de una vez, yendo a Boadilla, que está ahí al lado, me he quedado atrapado en la M-40. Y mi abuelo, que tenía un 20%. más de masa neuronal que la mayoría de la gente, se perdía entre el cuarto de estar y la cocina. Así que lo del sistema nervioso tampoco es explicación. Afirma este veterinario que cuando se tira un gato al aire siempre cae de pie, y yo me pregunto que qué tiene que ver eso con que lo dejes en Leganés y aparezca en Santiago de Alcántara. Un caso de este calibre tiene mas que ver con la magia que con el sistema nervioso, desde luego.

Yo creo que habría que atreverse a decir la verdad apuntada al principio de estas líneas, y es que se trata de un suceso paranormal. Tanta afición a los programas de televisión esotéricos y a las revistas del más allá y cuando nos encontramos ante un suceso como el de Dandy no sabemos reconocerlo. Pero si está muy claro, por Dios: hay drogas expansivas, de manera que te las tomas y llegas con la conciencia a lugares remotos. Con una conciencia debidamente ex pandida puedes viajar de Móstoles a Pekín en cuestión de segundos, eso lo sabe cualquiera que haya practicado un poco con su cuerpo astral. El problema no está en mover el cuerpo astral, que es muy danzarín y se apunta enseguida a un bombardeo. Lo difícil es arrastrar con él al cuerpo físico, que tiene unas digestiones pesadísimas y está cada día más apelmazado por culpa de las calorías. Pues eso es lo que ha hecho Dandy: conseguir que el. cuerpo físico se fuera. tras el astral. Los indios mexicanos, tras, ingerir un poco de peyote viajaban también lo suyo, muchas veces volando, porque se transformaban provisionalmente en águilas o cuervos, según las tendencias de cada uno. 0 sea, que lo que tiene que hacer el veterinario de Dandy, en lugar de proporcionar al público esas explicaciones tan simples sobre el sistema nervioso de los gatos es decimos qué clase de calmante suele administrar al animal y si lo venden con receta o se lo dan a cualquiera. Es que ardo en deseos de conocer Santiago de Alcántara.

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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