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Viraje de la Casa Blanca para acelerar los cambios democráticos en Cuba

Antonio Caño

Oriente Próximo, Irlanda del Norte, Bosnia... ¿Ahora Cuba? La Casa Blanca anunció ayer que el presidente Bill Clinton, espoleado por los éxitos recientes de su política exterior, presentará hoy nuevas ideas sobre Cuba en un discurso que está anunciado en Washington. El secretario de Estado, Warren Christopher, anticipó que las ideas que presente Clinton serán consecuentes con la evolución que ha tenido la política norteamericana hacia Cuba en los últimos meses.

Los funcionarios que adelantaron el contenido del mensaje de Clinton no ofrecieron otros detalles sobre el mismo, pero aseguraron que de ahí podría salir el rediseño de una política para acelerar los cambios democráticos en Cuba.Warren Christopher manifestó que el anuncio que haga el presidente estará acorde con la legislación actual norteamericana, lo que hace pensar que no está previsto el levantamiento del embargo a Cuba. El embargo está regulado por una ley que impide todo tipo de intercambio comercial con el régimen de La Habana, pero que deja espacio abierto para una mayor comunicación entre los dos países. "Nuestra política en Cuba, además de presionar al régimen para conseguir una apertura, fomenta el diálogo para hacer esos cambios más factibles", declaró el secretario de Estado.

El corresponsal de la cadena CNN en la Casa Blanca dijo, citando fuentes oficiales, que el mensaje del presidente sobre Cuba incluirá elementos novedosos que podrían permitir un nuevo campo de negociación, más allá de las conversaciones sobre asuntos migratorios que ahora mismo sostienen periódicamente los gobiernos cubano y norteamericano.

Conexión vaticana

El anuncio de este mensaje se produce poco después de que un periodista norteamericano especializado en el caso cubano revelase que el Vaticano estaba actuando como intermediario para favorecer el diálogo entre Washington y La Habana.Portavoces de Estados Unidos y del Vaticano negaron posteriormente esa mediación y aseguraron que el tema no había surgido en el encuentro que Clinton y el Papa sostuvieron el miércoles en Nueva Jersey.

La inclusión de Cuba en un discurso de política exterior de Clinton, cosa muy poco frecuente en las intervenciones del presidente, se produce sólo días después de que la Cámara de Representantes de Estados Unidos se pronunciara abrumadoramente a favor de endurecer el embargo a Cuba con sanciones a terceros países que tuviesen negocios con La Habana.

El Departamento de Estado, que ha advertido que esa nueva ley perjudicaría las posibilidades de democratización de Cuba y dañaría las relaciones de EE UU con sus principales aliados, recomendó a la Casa Blanca vetar el proyecto, en el caso de que éste fuese aprobado por el Senado en su redacción actual. Una de las posibilidades que se mencionaban ayer es que Clinton anuncie hoy su veto al endurecimiento del embargo a Cuba y ofrezca otras alternativas menos drásticas para lograr la apertura económica y política de Cuba.

Llama la atención el hecho de que la Casa Blanca opte por abrir el expediente de Cuba precisamente ahora que se aproxima el inicio de la campaña electoral en Estados Unidos. Otros presidentes norteamericanos habían considerado antes que resulta imposible ganar las elecciones en Florida sin el respaldo de la poderosa comunidad cubana de ese Estado, que tradicionalmente apuesta por medidas radicales contra Fidel Castro. Clinton, sin embargo, rompió esa dependencia cuando decidió resolver el problema de la emigración ilegal cubana en conversaciones directas con La Habana.

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