EE UU quiere una fuerza de 70.000 hombres durante menos de un año
Estados Unidos quiere que la fuerza de paz que próximamente puede ser desplegada en Bosnia esté compuesta de tres divisiones (más de 70.000 hombres, de los que EE UU aportaría al menos una tercera parte) y tenga un tiempo limitado de intervención (entre 9 y 12 meses). Todas las unidades, según el secretario de Defensa, William Perry, estarán bajo un mando unificado de la OTAN, y Rusia no será autorizada a desplegar su propio contingente bajo un mando independiente. En una entrevista con un grupo de periodistas europeos, Perry asegura que todavía no está decidido si otros países no miembros de la OTAN serán invitados a participar en esa misión, aunque afirmó que algunos países islámicos y otros del centro y el este de Europa están dispuestos a aportar tropas.Perry manifestó que, aunque el Congreso norteamericano tiene atribuciones para bloquear los fondos que se necesitan para enviar soldados a Bosnia, la Administración confía en que obtendrá finalmente luz verde parlamentaria para esa misión. Perry calculó que EE UU enviará una división (entre 20.000 y 25.000 hombres) y que eso costará entre 1.000 y 2.000 millones de dólares, dependiendo de lo que se incluya en el presupuesto. "Se trata de una fuerza de paz de no menos de tres divisiones, fuertemente armada y en condiciones de hacer frente a cualquier tipo de oposición. Es una operación militar muy compleja que sólo la OTAN está en condiciones de hacer", aseguró el secretario de Defensa.
Ese contingente, que entraría en acción una vez que las tres partes en conflicto en Bosnia alcancen un acuerdo definitivo de alto el fuego, tendría la misión, además de asegurar el mantenimiento de la paz de "profesionalizar al Ejército bosnio para permitir una mejor correlación de fuerzas en la región".
En el caso de que haya decidido enviar soldados, Rusia podría aportar unidades no directamente implicadas en el mantenimiento de la paz, sino en labores de reconstrucción del país. "Esas tropas de trabajo auxiliar no tendrían que estar bajo el mando militar, pero la operación en sí deberá estar bajo el mando de la OTAN y bajo un mando único", afirmó Perry. "No queremos añadir a lo que ya será una operación difícil y arriesgada la confusión que crea un mando separado", añadió.
El secretario de Defensa norteamericano dijo que oficiales de la Alianza Atlántica están estudiando ya algunos aspectos operativos de la misión en Bosnia para determinar si los soldados serán desplegados a todo lo largo de la frontera de Bosnia o permanecerán concentrados en algunos puntos con capacidad para desplazarse rápidamente a las zonas donde sea necesario. William Perry reconoció que la operación entraña un cierto riesgo porque "habría que esperar que algunas milicias o bandas no estén de acuerdo con el tratado de paz y quieran seguir luchando". "Hay que contar con la posibilidad de operaciones de tipo guerrilla", anticipó el jefe del Pentágono.
La intervención en Bosnia es uno de los temas que en estos momentos enfrentan a Rusia con la OTAN y que serán analizadas en la reunión anual de ministros de Defensa que mañana y el viernes se celebrará en Williamsburg, cerca de Washington. Otro de los problemas con Rusia que serán discutidos en esa reunión es el de la ampliación de la Alianza Atlántica a los antiguos miembros del Pacto de Varsovia. Perry dijo que es consciente de que "cuantos más progresos se hacen para la extensión de la arquitectura de seguridad de Europa hacia Europa central y del este, más preocupaciones surgen en Rusia sobre lo que consideran el peligro de la OTAN acercándose a sus fronteras".
El secretario de Defensa norteamericano reconoció que ha existido "la tentación" de retrasar el proceso de ampliación de la OTAN para no influir negativamente en el escenario político interno en Rusia -las elecciones presidenciales están previstas para junio- Pero añadió que "tendría tan poco sentido retrasar arbitrariamente por razones políticas [el proceso de ampliación de la OTAN] como acelerarlo arbitrariamente también por razones políticas".
En opinión de Perry, lo más adecuado es mantener el ritmo previsto para la incorporación a la Alianza Atlántica de los países que ya lo han solicitado. Ese ritmo, según Perry, debe ser el siguiente: "En la reunión de ministros de Relaciones Exteriores [de la OTAN] del próximo mes de diciembre probablemente habrá una decisión de pasar a la segunda fase. Esa fase cubrirá alrededor de un año hasta ofrecer formalmente la participación como socios, y entonces será necesario un tiempo indeterminado hasta que la decisión sea aprobada por todos los parlamentos".
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