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Tribuna:LA CUMBRE DE LA MUJER
Tribuna
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Pekín, una conferencia de compromisos

La IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, que se acaba de celebrar en Pekín del 4 al 15 de septiembre, ha dado un poderoso empuje al compromiso de la Organización de Naciones Unidas con la promoción de la igualdad entre mujeres y hombres y con el desarrollo social global. Sin retroceder sobre los acuerdos alcanzados en conferencias y cumbres mundiales anteriores, consolidando los avances logrados hasta el momento, en Pekín cerca de cinco mil delegadas y delegados de 189 Estados miembros y de distintos organismos internacionales han hecho posible el reconocimiento internacional definitivo del protagonismo de las mujeres y de su papel activo en la sociedad. En Pekín se ha visto claramente que lograr la igualdad de oportunidades entre las mujeres y los hombres no sólo interesa a las mujeres, sino que es una cuestión fundamental para alcanzar el desarrollo social qué interesa a la sociedad en su conjunto.Por primera vez los asuntos que afectan a las mujeres se analizan como asuntos sociales y por primera vez hay una verdadera toma de conciencia sobre la necesidad de establecer unas nuevas relaciones sociales y familiares, un nuevo modo de cooperación y compromiso entre hombres y mujeres que, a la vez que permita consolidar la integración de las mujeres en la vida pública, haga partícipes a los hombres de sus responsabilidades en el ámbito de lo privado. La conferencia de Pekín ha demostrado además que la igualdad entre mujeres y hombres es una tendencia irreversible.

En lo que ha sido la mayor manifestación de esta naturaleza organizada nunca por Naciones Unidas, se ha logrado aprobar por consenso una declaración de 38 párrafos, concebida como mensaje político sobre los puntos esenciales del programa, aprobada sin reservas, y una plataforma de acción de 362 párrafos que contiene medidas concretas para potenciar a las mujeres. Ésta ha sido una conferencia de compromisos, de medidas concretas para hacer avanzar la situación de las mujeres a nivel nacional e internacional.

En la plataforma de acción se definen 12 áreas primordiales objeto de mejora y se anuncian las medidas que deberán adoptar los gobiernos, la comunidad internacional, las organizaciones internacionales, los particulares y, como novedad, el sector privado. Es una llamada a la acción con medidas encaminadas a eliminar los obstáculos que persisten para la plena participación de las mujeres, en pie de igualdad, en el desarrollo social.

Tres elementos cruzan transversalmente la plataforma de acción: la potenciación de las mujeres y la igualdad como condiciones previas para lograr el desarrollo de los pueblos, la integración de la perspectiva de la igualdad de oportunidades en el diseño de las actuaciones en todos los ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales, y la toma en consideración de la dimensión de género en el análisis de los problemas sociales y en el diseño, aplicación y evaluación de las políticas y programas.

Los tres instrumentos fundamentales para el avance y la potenciación de las mujeres y para su plena participación en la vida social, incluida la toma de decisiones, son el disfrute de los derechos humanos, la salud y la educación. Ahora el reto es la puesta en práctica y los medios para llevarlos a cabo son principalmente los recursos económicos, particularmente la cooperación al desarrollo, que se convierte en un elemento estratégico de primera magnitud. También lo es la ratificación de la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, el refuerzo de los mecanismos nacionales e internacionales de igualdad de oportunidades como unidades centrales de coordinación política y la cooperación con las organizaciones no gubernamentales, a las que en esta conferencia se les ha dado la importancia que merecen.

La Unión Europea, bajo presidencia española, ha hablado con una sola voz y ha defendido firmemente, como han constatado numerosos observadores, su posición de progreso y de avance de las mujeres, sobre todo en materia de salud y derechos humanos, frente a un grupo de países, minoritarios pero muy activos, que defendieron posturas basadas en concepciones religiosas o culturales muy conservadoras. Las principales aportaciones y prioridades de la Unión Europea han quedado reflejadas con éxito, de un modo adecuado y equilibrado, en los documentos aprobados.

La Unión Europea está también decidida a poner todos los medios a su alcance para aplicar las medidas aprobadas en la conferencia de Pekín. Durante el Consejo de Ministros y Ministras de Trabajo y Asuntos Sociales del próximo 5 de octubre tendrá lugar una información de la presidencia española sobre la conferencia y un debate público sobre las medidas que deberá llevar a cabo la Unión Europea para aplicar la plataforma de acción entre 1995 y el año 2000. En el curso de este debate se discutirá sobre la aplicación de los acuerdos de Pekín, con el fin de iniciar un procedimiento de seguimiento y evaluación de los mismos.

La próxima aprobación del IV programa de acción comunitario a medio plazo para la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres (1996-2000) será la ocasión para concretar estos compromisos en el seno de la Unión Europea. El programa pretende promover la integración de la dimensión de la igualdad de oportunidades en la elaboración, aplicación y seguimiento de todas las políticas, medidas y acciones realizadas a nivel comunitario, nacional, regional y local. Sus objetivos son movilizar a todos los actores de la vida económica y social en favor de la igualdad de oportunidades, promover la igualdad de oportunidades en una economía cambiante, promover políticas para la conciliación entre la vida familiar y profesional para las mujeres y los hombres, favorecer una participación equilibrada de las mujeres y los hombres en las decisiones y reforzar las condiciones que permitan el pleno ejercicio del derecho a la igualdad.

El verdadero desafío comienza ahora: la puesta en marcha de la plataforma de acción, la movilización de todos los actores para este fin, pero principalmente la movilización de los gobiernos.

Cristina Alberdi Alonso es ministra de Asuntos Sociales.

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