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Estados Unidos exige a los serbios el fin inmediato del estado de sitio de Sarajevo

Estados Unidos no está satisfecho con las circunstancias en que sigue viviendo Sarajevo, ni con la manera en que los rebeldes serbios están cumpliendo su promesa de facilitar la libertad de movimientos a sus habitantes. Washington quiere el inmediato fin del estado de sitio que todavía soporta la capital bosnia, virtualmente incomunicada para su población civil. Así lo advirtió ayer en Sarajevo el enviado estadounidense para los Balcanes, Richard Holbrooke, antes de trasladarse a Belgrado para transmitir este mensaje al presidente Slobodan Milosevic, apoderado general de la causa serbia en estas negociaciones, sin pausa para detener la guerra en Bosnia.

Holbrooke, que no ha conseguido un alto el fuego en sus dos días de conversaciones en la capital bosnia, viaja hoy a Zagreb para entrevistarse con el presidente Franjo Tudjman y regresa el lunes a Sarajevo para intentar de nuevo el desbloqueo bélico."Sarajevo, Gorazde, la estructura política del futuro Estado bosnio... Todos los grandes temas permanecen sin resolver", admitió ayer con tono de frustración y cansancio el diplomático estadounidense; para añadir que no hay un calendario para finalizar el proceso negociador, "muy largo, muy difícil, que ha de ir paso a paso".

El presidente bosnio, Alia Izetbegovic, precisó que su Gobierno y la delegación estadounidense -cinco expertos, incluido un coronel- hablaron también sobre posibles corredores hacia el sitiado enclave de Gorazde y de un bosquejo de división territorial de la federación entre musulmanes y croatas. Esta ha de ser una de las partes del futuro Estado bosnio, según lo acordado por todas las partes en septiembre en Ginebra y Nueva York. Para avanzar en sus negociaciones del nuevo mapa de Bosnia, el emisario estadounidense viaja por las capitales de la antigua Yugoslavia acompañado de un equipo de ingenieros topógrafos y un ordenador ad hoc. Éste utiliza una exhaustiva base de datos con información política, demográfica y geográfica que permite en poco tiempo presentar a los beligerantes propuestas extremadamente detalladas y a todo color de la futura división territorial del país.

Sobre la mesa ha estado el incremento de la cooperación militar entre los dos aliados en Bosnia, que ahora tienen la iniciativa en los frentes noroccidentales. Sarajevo dijo ayer que sus tropas estrechan el cerco de Mrkonjic Grad, unos 60 kilómetros al sur de la plaza fuerte serbia de Banja Luka, cuya virtual rendición pretende el presidente Izetbegovic como una de las condiciones previas al armisticio.

En un nuevo episodio de. su abierto enfrentamiento con Naciones Unidas, el Gobierno bosnio vetó a última hora del viernes la salida hoy de un convoy, civil, autobuses y camiones, escoltado por la ONU hacia la vecina ciudad de Kiseljak, por considerar extremadamente peligrosa la ruta propuesta por el mando de los cascos azules. En su viaje hacia aquella localidad al oeste de Sarajevo, puerta hacia los territorios bajo control gubemamental y considerado clave para comprobar las promesas de buena voluntad serbias, la caravana debía recorrer una calle de la capital controlada en sus dos lados por los ultranacionalistas.

Sarajevo exige a la ONU, en cumplimiento de los compromisos aceptados por los serbios tras los recientes bombardeos de la OTAN, que reabra la carretera principal entre la capital y Kiseljak, única ruta que considera segura. El mando de Naciones Unidas alega que esta vía está tan minada que sus ingenieros tardarán al menos tres semanas en dejarla en absolutas condiciones de seguridad para el tráfico. Los serbios de Pale dijeron ayer estar dispuestos a utilizar las armas para impedir la apertura de la carretera que atraviesa Ilidza, uno de sus barrios en Saraievo. La única comunicación con la capital bosnia sigue siendo la peligrosa pista forestal que serpentea el monte Igman.

El caso fue trasladado a Holbrooke, que dispuso que un coche de la Embajada de EE UU, escoltado por cascos azules, hiciera la ruta alternativa para comprobar su seguridad. En un punto del trayecto los vehículos fueron interceptados "en un puesto de control serbio que no debería existir según los compromisos alcanzados en Belgrado el 16 de septiembre", según el diplomático. El enviado de Clinton para la ex Yugoslavia consideró el caso como prueba de que "los serbios están incumpliendo los acuerdos sobre la libertad de movimientos en Sarajevo".

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