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El PSOE presiona a González para que opte a la reeleccion por temor a un descalabro en las urnas

Felipe González sigue sin desvelar la incógnita sobre su candidatura a las elecciones de marzo, mientras el tiempo corre a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre su supuesta relación con el caso GAL. La dirección socialista está convencida de que la cosecha de votos será mucho más abundante con él que sin él. El presidente del Gobierno recibe presiones cada vez más fuertes para que vuelva a encabezar el cartel, desde los dirigentes más influyentes del PSOE hasta las más diversas agrupaciones de base. Algunos socialistas le advierten que el juego democrático se resentiría con un PSOE parlamentariamente débil tras un descalabro electoral. Otros le insisten en que no puede rendirse y abandonar al verse acosado.

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Lerma cree que se puede contar con González como candidato

Las cosas han cambiado desde los primeros meses de este año, cuando González comunicó a sus íntimos que tenía decidido no presentarse a las elecciones como número uno de las listas del PSOE. En julio, su intención expresa adquirió el rango de noticia, pero en los últimos días empieza a ponerse en cuestión.Ningún socialista ha hecho el menor movimiento para postularse como candidato, y, con la excepción de los dirigentes de Izquierda Socialista, nadie ha presentado alternativas. Javier Solana y José Borrell, los candidatos que lanzó la propia dirección socialista en julio, suelen. guardar silencio sobre su futuro. Y si hablan, es para decir que el mejor candidato es González.

La celebración del Comité Federal del PSOE y de la próxima Conferencia Política socialista, que decidirá y lanzará el, candidato en noviembre o en diciembre, están a la espera de que González tome su decisión. Y ello depende, a su vez, de que el Tribunal Supremo le deje definitivamente limpio del caso GAL.

No obstante, la decisión del Supremo es condición necesaria pero no suficiente para que González se presente. Los dirigentes socialistas saben que tienen que someterlo a presión. Un sondeo cualitativo encargado recientemente por la dirección socialista concluye que la opinión pública identifica al PSOE con Felipe González. Esa identificación- es mucho menor con el actual ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana. Para obtener de los encuestados el nombre de José Borrell, titular de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, hay que hacer una pregunta de respuesta inducida, en mayor o menor medida.

30 escaños de diferencia

Otras estudios demoscópicos apuntan una diferencia superior a los 30 escaños entre un PSOE con González a la cabeza y una lista con otro aspirante a la presidencia del Gobierno.En esas condiciones, la dirección del PSOE no tiene dudas. Todos los dirigentes socialistas' que tienen acceso a González le están animando para que encabece. las listas: Joaquín Almunia, Cipriá, Ciscar, Txiki Benegas o Francisco Fernández Marugán. También, hay unanimidad entre los 17 principales dirigentes territoriales del partido, entre los cuales Raimon Obiols, Joan Lerma, Ramón Jáuregui y el guerrista Francisco Vázquez son los más activos.

Empiezan a llegarle a González telegramas desde las agrupaciones. Uno de los argumentos que está escuchando González e que, si renuncia a encabezar las listas, la caída del PSOE en marzo puede ser tan importante que tendría serias consecuencias para el juego democrático en España que requiere un partido socialista fuerte para desempeñar una sólida oposición al Partido Popular en el caso de que Aznar se alce con la victoria, como apuntan las encuestas.

En un terreno más personal, también está escuchando el líder socialista que su renuncia en un momento de acoso político puede interpretarse como una, huida. Y ello le colocaría en una situación muy difícil para un eventual regreso dentro de unos años.

La dirección socialista ha hecho sus cálculos y sabe que la campaña electoral de marzo, con González a su frente, está prácticamente hecha. Un trabajo encargado al historiador Juan Pablo Fusi por un grupo de personas próximas a González -pero al margen de la dirección socialista y del Consejo de Ministros- concluye que hay importantes paralelismos entre la campaña de acoso político que sufrió, desde la derecha política y algunos medios de comunicación influyentes, el jefe del Gobierno, republicano-socialista Manuel Azaña tras la matanza de Casas Viejas (hoy Benalup de Sidonia, en Cádiz) en 1932, y la que afronta González en la hora actual a cuenta del caso GAL.

El trabajo de Fusi lo conoce el Consejo de Ministros y también lo manejó la ejecutiva del PSOE en su reunión del 6 de septiembre.

Algunos dirigentes socialistas concluyen que Azaña dio la vuelta a la campaña de acoso saliendo a campo abierto, con mítines multitudinarios que culminaron con el triunfo electoral del Frente Popular en febrero de 1936. Estos dirigentes socialistas opinan que ahora, tras la prevista exculpación de González por el Tribunal Supremo, podría suceder lo mismo que con Manuel Azaña.

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