"El Ayuntamiento ha dado un paso decisivo contra el racismo"
Esteban Ibarra es responsable de la organización Jóvenes contra la Intolerancia, asociación no gubernamental consagrada a la lucha contra el racismo, la xenofobia y la violencia. Madrileño de Lavapiés, nació en 1954. Estudió bachillerato y Ciencias Económicas. Posteriormente, se hizo animador social y promotor de radios comunitarias en Europa, actividad a la que dedicó doce años. Colaboró y aún coopera con la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, CEAR.Pregunta. ¿El racismo en Madrid es tan grave como dicen o se exagera?
Respuesta. Aquí hay dos tipos de racismo. El primero es difuso. Aunque se dice cosmopolita, el madrileño sigue mostrando rechazo hacia gitanos e inmigrantes; cuanto más pobres son, más odio se proyecta sobre ellos. El otro racismo es criminal. Sus hitos más graves fueron el asesinato de Lucrecia Pérez y el crimen de Costa Polvoranca. Existen, además, organizaciones que los impulsan.
P. ¿Cuáles?
R. Grupos de skins que se dedican a estimular las prácticas racistas: lo dicen en algunos ambientes rockeros ultras o en los campos de fútbol, cuando insultan a Rincón, a Wilfred y otras expresiones de neonazismo. Creo que el Ayuntamiento de Madrid ha dado un paso decisivo en la lucha contra el racismo al prohibir la exhibición de enseñas nazis en los estadios. Hay que felicitarse por ello.
P. ¿Todos los rapados son neonazis?
R. No. En el Reino Unido y en España hay grupos sharp y de skin rojos que combaten a los racistas neonazis; pero estos últimos son los mayoritarios en 33 países,
P. ¿Qué coeficiente de racismo presenta Madrid respecto a otras ciudades europeas?
R. No llegaría a la mitad del que hoy muestra Berlín, por ejemplo.
P. ¿Qué cuota de racistas hay en la ciudad?
R. La Delegación del Gobierno tiene fichados a 800 racistas violentos. Pero creo que, en realidad, son tres veces más, como se ve en los estadios.
P. ¿Cómo combatir a los intolerantes sin intolerancia?
R. Educando desde pequeños a los seres humanos en la convivencia democrática y en el respeto a la diversidad. Hay que reclamar responsabilidades a familias, a educadores e industrias culturales cuyo producto estelar es la violencia. Ahí está el problema.
P. Hay quien dice que el nazismo se cura leyendo. ¿Hay mejor antídoto?
R. Es esencial la empatía. Consiste en ponerse en la piel de los demás, de los desfavorecidos, los inmigrantes; en aceptar la diversidad y descubrir. que los seres humanos somos iguales, todos poseemos dignidad y debemos gozar de los mismos derechos.
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