La paz en Palesina
UN AÑO de retraso, de durísima negociación, de atentados, amenazas y presiones de los enemigos de la paz en ambos bandos. Pero, ayer, finalmente, el líder palestino Yasir Arafat y el ministro israelí Simón, Peres lograron un acuerdo para poner fin a 28 años de ocupación militar israelí de Cisjordania, que será ratificado el jueves en Washington. Es un triunfo de la tenacidad de Peres, Rabin y Arafat, que han vuelto a hacer una demostración al mundo de su firme decisión de llevar a la paz y convivencia a dos pueblos enemistados durante siglos. "Esto es historia en el verdadero sentido de la palabra", como dijo ayer Peres.Conforme al acuerdo, el Ejército, israelí abandonará las principales ciudades palestinas y será la policía palestina la encargada de velar por su seguridad. Quedan, por supuesto, muchos problemas por resolver. Entre ellos, la evacuación de estos territorios de los colonos radicales israelíes, que ya han anunciado su intención de combatir el acuerdo por todos los medios. Y aún no se atreven los negociadores a hablar de cuestiones en las que saben que hoy un pacto es imposible, como es el caso de Jerusalén.
Los enemigos de la paz tanto los israelíes como los palestinos, emprenderán las movilizaciones. Pero deben ser conscientes de que sus esfuerzos han resultado estériles para impedir que el proceso de paz diera ayer un salto cualitativo y que cristalicen ya lentamente los avances en este difícil e insólito camino que protagonizan con inmenso coraje político Arafat y Rabin.
Los dividendos de la paz son el principal argumento para convencer a quienes aún se resisten a abandonar la tradición del odio. Por eso, la retirada de las fuerzas israelíes de las principales Ciudades de Cisjordania tiene una gran importancia, política y psicológica. La inmensa mayoría de la joven población palestina vivirá por primera vez sin la percepción de la ocupación extranjera. Y la liberación, al parecer escalonada, de cerca de cinco mil prisioneros palestinos también tendrá el efecto de reforzar a Arafat y quitar argumentos a sus enemigos internos. Washington ha jugado un importante papel en este logro que desatasca el proceso de paz. Habrá aún muchos reveses en el largo camino hacia la convivencia normaliza da entre quienes se han combatido implacablemente durante medio siglo. Pero lo cierto es que el mundo asiste con sorpresa y emoción a hechos, como el acuerdo de ayer, que hasta hace poco eran impensables.
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