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Israel y la OLP logran un pacto histórico que da paso a un nuevo Oriente Próximo

Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) pactaron ayer, con un año de retraso y tras un tensísimo tira y afloja final que hizo temer por el acuerdo, el principio del fin de 28 años de ocupación militar, israelí en las principales ciudades cisjordanas. En total, siete localidades pasarán a ser controladas por los palestinos de Yasir Arafat, que así hace realidad una de sus máximas ambiciones políticas. Para el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, este acuerdo "abrirá las puertas a un nuevo Oriente Próximo". El acuerdo será firmado el jueves en Washington y el gradual repliegue israelí comenzará el 8 de octubre.

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"Esto es historia en el verdadero sentido de la palabra", dijo Simón Peres, negociador y ministro de Asuntos Exteriores israelí, que alabó "la gran perseverancia" de Arafat. "Es un intento por conseguir que los pueblos nacidos en la misma cuna y que pelearon en los mismos frentes se pongan de acuerdo para lograr un nuevo futuro".

Los principales puntos detallados en las 460 páginas del "acuerdo interino" alcanzado en la localidad egipcia de Taba suponen la evacuación por los soldados israelíes de Nablús, Jenín, Kalkilya, Tulkarem, Ramalá, Belén y Hebrón, así como la entrega de su control a 12.000 policías palestinos, que en parte realizarán patrullas conjuntas con los soldados para mantener la ley y el orden en las vías de comunicación de la zona.

Evitar conflictos en una región en la que viven 140.000 colonos judíos y casi un millón de palestinos será un gran desafío. En Hebrón, la puesta en práctica del acuerdo queda congelada. Los palestinos de Hebrón estaban ayer frustrados y los judíos más extremistas prometieron resistir con las armas.

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