Latinoamérica, primer beneficiario de préstamos del Banco Mundial

Latinoamérica ha sido la zona más favorecida por los préstamos que el Banco Mundial otorgó en su último ejercicio (junio 1994-Junio 1995), al haber recibido, junto a los países caribeños, un total de 6.060 millones de dólares (763.560 millones de pesetas), según el informe anual hecho público ayer. La crisis mexicana provocó que esta zona se colocara en cabeza de las ayudas recibidas y que el Banco duplicara el porcentaje de las ayudas para programas de ajuste, que pasaron de suponer el 12% del total de préstamos al 24%. Sólo por el desplome del peso México recibió 1.500 millones de dólares.

El efecto tequila planea, sobre los folios del Informe Anual del Banco Mundial correspondiente a 1995. La crisis mexicana provoca que Latinoamérica desplace al Este de Asia y el Pacífico como región más favorecida por las ayudas, y que sea la que registra mayor incremento porcentual en los fondos recibidos (un 27,6% más que el año pasado). "La crisis en México", dice el informe, "modificó la estrategia del Banco; algunos proyectos a medio plazo se pospusieron para poner en marcha planes de emergencia. Los compromisos financieros del Banco en la región fueron significativamente más importantes de lo que se había planeado".Las dos instituciones que componen el Banco Mundial (el Banco Internacional de Construcción y Fomento -BIRF- y la Asociación Internacional de Fomento -AIF-) otorgaron el ejercicio pasado créditos por un total de 22,521,8 millones de dólares, un 8% más que el año anterior. La energía, con un 12,6% del total, fue el sector al que se concedieron más ayudas, seguido de la agricultura (11,8%), el sector financiero (11,4%) y el transporte (9,5%).

La financiación destinada a satisfacer necesidades básicas del sector social ascendió a 3.900 millones de, dólares (17,3% del total). Los fondos para educación alcanzaron los 2.100 millones dé dólares y 1.200 fueron a salud y nutrición. Los fondos destinados al saneamiento del sector financiero en distintos países pasaron de los 1.505,6 millones de dólares en 1994 a 2.564,7 este año.

Programas de ajuste

Uno de los aspectos más destacables de la labor del Banco durante su último ejercicio fue el incremento de las ayudas para programas de ajuste económico. Algo provocado también por la crisis mexicana y su extensión a otros países de la región. Los préstamos para este tipo de programas representaron el 24% del total de compromisos del banco frente al 12% del año anterior. El informe señala que si se excluyen 1.400 millones de dólares en préstamos para importaciones y 375 para reducir deuda, los préstamos para ajuste representan el 16% del total, muy por encima todavía del año anterior.

El Banco señala que en 1994 los préstamos para este tipo de programas fueron especialmente bajos "debido a que la situación de los países. de Europa y Asia Central. ocasionó demoras en las operaciones de ajuste". Sin embargo, un año antes justificaba ese escaso porcentaje de ayudas al ajuste en "la relativa madurez del proceso de reformas acometido en muchos países, especialmente de Latinoamérica, Oriente Próximo y Norte de África". El desplome del peso redujo la euforia que durante meses había provocado el flujo de capitales privados a la zona y obligó al Banco Mundial a efectuar una operación de emergencia: otorgó, 1.000 millones de dólares para sanear el sector financiero y 500 más para paliar los inmediatos efectos de la crisis en los más pobres. Según dice en el informe "dio muestras de flexibilidad y adaptabilidad" al poder combinar la ayuda social con la ayuda para el sector financiero.

Del total de préstamos concedidos por el BIRF el principal beneficiario en el ejercicio de 1995 fue México, seguido de China y la Federación Rusa. Los tres principales prestatarios de la AIF fueron India, China y Vietnam. Pero, en conjunto, fue China quien más ayudas consiguió al alcanzar un total de 3.000 millones de dólares. La ayuda para los países más pobres, aquéllos con una renta per cápita inferior a 695 dólares, fue de 8.484,8 dólares, algo menos que los 8.629 millones del año anterior.

Según el portavoz de la institución en Europa, Giusepe Zampaglione, los objetivos para el próximo ejercicio son continuar el desarrollo de recursos humanos (ayudas a sanidad, y educación fundamentalmente), el desarrollo ecológico sostenible (combinar el crecimiento económico con mayor respeto al medio ambiente) y fomentar la participación pública en los países en desarrollo.