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Una funcionaria altera el IRPF de un amigo para aumentarle la devolución

Hacienda ha suspendido durante un año de empleo y sueldo a una funcionaria que "alteró" la declaración de la renta "de un amigo" para que el fisco le devolviese más dinero del que le correspondía. La funcionaria, cuyas iniciales son F. V., revocó una decisión de un superior, sin que éste lo supiese, e hizo constar en el impreso del IRPF de su amigo -correspondiente al ejercicio económico de 1.990- una devolución de 122.000 pesetas, cuando en realidad sólo le pertenecían 98.000 pesetas.

Tras ser descubierta, la funcionaria implicada reconoció que había obrado mal, y que había actuado así por la amistad que le unía con una hija del contribuyente.A pesar del arrepentimiento, Hacienda le abrió un expediente y decidió apartarla durante un año del servicio tras imputarle la comisión de "una falta disciplinaria grave", según fuentes de la investigación. Disconforme con el tiempo de duración de la sanción, F. V. decidió acudir a la vía contencioso-administrativa; y se hizo cargo del recurso la Sección VII de la Audiencia Nacional.

Complicaciones

Sin embargo, el asunto se está complicando cada vez más para la funcionaria F. V. El fiscal de la Audiencia emitió antes del verano un informe en el que entiende que, además de la falta disciplinaria, la funcionaria pudo cometer un delito de falsedad en documentos.A la vista del informe del ministerio público, la Audiencia Nacional decidió paralizar el recurso interpuesto por la funcionaria, pues consideró que un juez de instrucción debe investigar antes si F. V. cometió el delito de falsedad.

Los hechos que se imputan a esta funcionaria se produjeron durante el ejercicio económico de 1990. F. V. "alteró la modalidad de tributación elegida por el contribuyente", según los citados medios, e incluyó en ella datos que favorecían económicamente al padre de su amiga, según fuentes cercanas a la investigación.

El contribuyente, adscrito a la agencia tributaría de Pozuelo de Alarcón, presentó en 1990 una declaración en la que reclamaba al fisco la devolución de 122.000 pesetas. El responsable de la administración tributaria de Pozuelo revisó el impreso del IRPF y apreció rmulaciones erróneas, por lo que efectuó una declaración aralela y rebajó a 98.000 pesetas la cantidad que el fisco debía devolverle.

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Con posterioridad, F. V. anuló la resolución del responsable de la agencia tributaria, borró las 98.000 pesetas que figuraban en la casilla destinada a las devoluciones y colocó la cifra de 122.000 pesetas.

Hacienda descubrió la irregularidad (si un funcionario manipula por vía informática una declaración de la renta su nombre queda registrado en el ordenador, explicaron ayer fuentes de la agencia tributaria), y designó a un instructor para que investigase lo ocurrido.

El expediente administrativo que se incoó contra ella culminó en mayo de 1992. Al ser preguntada por los hechos, F. V. reconoció que había obrado mal y que actuó movida por la amistad que le unía con una hija del contribuyente. También expresó al instructor su intención de restituir al fisco las 24.000 pesetas de más entregadas al padre de su amiga.

El instructor valoró la buena trayectoria profesional de la funcionaria hasta ese momento y su arrepentimiento y redactó un informe en el que proponía apartarla de sus funciones durante 15 días.

Sin embargo, los responsables de Hacienda consideraron demasiado blanda la propuesta del instructor del expediente y decidieron suspenderla en el cargo durante un año. Fue entonces cuando ella decidió acudir a la vía contencioso-administrativa.

Falsedad

El fiscal de la Sección 7ª de la Audiencia Nacional estudió el expediente y entendió que, además de una falta disciplinaria grave (por haber anulado la decisión de un superior), la funcionaria pudo incurrir en un delito de falsedad en documento.La Audiencia Nacional no se pronunciará sobre la duración de la suspensión hasta que un juez investigue si F. V. cometió una falsedad.

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