_
_
_
_

Un auxiliar de vuelo desvía un avión iraní y aterriza en Israel

El extraño secuestro de un avión iraní por uno de sus tripulantes, un misterioso auxiliar de vuelo, tenía anoche perplejos a los dos más enconados enemigos de Oriente Próximo: Israel, donde aterrizó el Boeing 707, e Irán, de cuya capital partió el aparato con unas 180 personas a bordo. Los países serán mortales enemigos, pero el ambiente en la base aérea de Ovda, donde aterrizó el avión, en pleno desierto del Néguev, cerca de la frontera con Egipto, era sorprendentemente de lo más distendido.

Militares y civiles tocados con la tradicional kippa judía ofrecían refrescos y sandwiches a hombres y mujeres que no daban crédito a sus ojos cuando se dieron cuenta de que estaban en territorio israelí. "Los chocolates israelíes son buenos", decía un hombre ya entrado en años que masticaba una barra de ese producto con la marca escrita con grandes caracteres hebreos. A unos pasos, algunas mujeres cubiertas con un negro chador se extasiaban ante los escaparates de joyas del duty free del pequeño aeropuerto. Echaban furtivas miradas a los folletos turísticos que venden paisajes y bellezas de la Tierra de Israel y se dejaban fotografiar por soldados israelíes. Todos sonreían. Eran escenas de insospechada camaradería que socavaban las adustas palabras del Gobierno iraní. Irán ha acusado a Israel de estar implicado en el acto y de haberlo preparado con detalle, al tiempo que ha exigido la repatriación de todo el pasaje. La historia, cuyo epílogo transcurría anoche con lentitud, había comenzado por la mañana cuando el aparato de la Kish Airlines, repleto de turistas, se dirigía desde Teherán hacia la localidad costera de Kish, en el golfo Pérsico. El plácido viaje interior de hora y media se transformó en un sobresalto de unas ocho horas, cuando un auxiliar de vuelo se hizo, aún se ignora cómo, con una pistola. "Hubo algo que sonó como un disparo, no estoy seguro, y luego escuchamos una voz por el sistema de altoparlantes. La voz dijo que si sus demandas no eran acatadas haría estallar una bomba", declaró Zeyed Davud Sahibolnassab, un joven ingeniero de Teherán.

"Pero lo cierto es que nadie vio al secuestrador", dijo corroborando la versión de más de 20 pasajeros entrevistados por EL PAÍS. "Todo esto es muy extraño", añadió el ingeniero. "Teatro, puro teatro", añadió su hermano Alí, "para que Israel quede como un buen anfitrión y para que Irán aparezca como un país de secuestradores y terroristas".

Sin resistencia

Del pirata, que aparentemente se entregó sin ofrecer resistencia, no se sabía prácticamente nada casi 12 horas después del primer aterrizaje iraní en Israel desde los días del sha hace casi veinte años. Primero se dijo que exigió ser trasladado a EE UU y luego que pidió asilo en Israel. Cinco de los pasajeros, al parecer, también pidieron asilarse. El Gobierno israelí no reveló su identidad ni la de los demás viajeros. "Nos pidieron nuestros documentos y los fotocopiaron. Luego nos interrogaron por separado a todos y nos ofrecieron insistentemente asilo", dijo una joven.El piloto iraní pidió aterrizar en Tel Aviv, pero el primer ministro israelí, Isaac Rabin, temiendo que se tratara de una estratagema para perpetrar algún ataque, ordenó que el avión fuera desviado hasta la más inocua base de Ovda, rodeada por kilómetros de arena y a 30 del pintoresco balneario de Eilat.,

Anoche sólo una cosa estaba clara: "No vamos a entregarle y se quedará aquí", dijo el ministro de la Policía, Moshe Shahal, sobre la petición iraní de que el secuestrador fuera repatriado. El avión fue reabastecido de combustible, pero continuaba retenido y no estaba previsto su regreso a Irán hasta hoy.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_