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"Cuando mi personaje manipula una mina, no sé si le va a estallar"

Si atendemos a los nuevos nombres que triunfan en la literatura anglosajona -el japonés Kazuo Ishiguro, el paquistaní Sanif Kureishi y el chino nacido en Hong-Kong Timothy Mo, por no hablar de consagrados como Salman Rushdie y Amy Tam-, el futuro de la novela está en manos de autores que representan lo que se llama choque de culturas. Michael Ondaatje, nacido en Sri Lanka hace 52 años, educado en Inglaterra y residente en Canadá, obtuvo hace tres años un resonante éxito con El paciente inglés, una novela que contiene una sabia mezcla de aventura e introspección y publica ahora Plaza & Janés.Galardonada en 1992 con el prestigioso Book Award, El paciente inglés encabezó la lista de libros más vendidos de The New York Times y alcanzó un inusual éxito de crítica y público que se repitió un año después con la traducción francesa. Puede explicarse la novela, reconoce el autor, desde dos ópticas aparentemente contrapuestas. Por un lado, se trata de una apasionante narración de aventuras, con un aviador que yace con el cuerpo totalmente quemado tras haber sido derribado en el desierto, una enfermera que le cuida y le ama, un zapador sij especialista en desactivación de explosivos y un viejo amigo del padre de la joven atormentado por haber delatado a sus compañeros. Bajo los efectos de la morfina, el paciente inglés confesará su verdadera identidad y un pasado de adulterio y celos.

Pero la novela también es el análisis de cuatro personajes vencidos y encerrados en una derruida y minada villa de la Toscana mientras el frente de la II Guerra Mundial avanza hacia el norte. "No hay contradicción, es algo natural en mí", explica Ondaatje. "Me gusta la aventura y me documentó sobre minas y explosivos y sobre expediciones al desierto. Los escritores de aventuras suelen ser muy conservadores y explican de forma ordenada los hechos; en realidad, creo que las cosas no ocurren así, sino que son, un cúmulo de sensaciones contradictorias. Al plantear una novela, desconozco a dónde me va a llevar. Cuando el zapador Kip, mi personaje, manipula una mina, no sé si le va a estallar".

"Formo parte", opina el autor, "de una amplia cultura de emigrantes, pero no me plantee escribir sobre ello, sino que emergió. En esta novela, la visión oriental del sij define la narración. Creo que es saludable esta transfusión de sangre entre culturas diversas que sirve, por ejemplo, para renovar la lengua. En mi formación, autores como García Márquez, o Vargas Llosa, han influido más que los escritores ingleses".

Ondaatje escribió su novela durante la guerra del Golfo. "Estaba embebido en el ambiente bélico de la II Guerra Mundial y veía en la televisión que nada había cambiado, que se seguían repitiendo las mismas escenas". La novela culmina cuando llega por radio a la villa la noticia de la bomba atómica sobre Iroshima y el zapador decide marcharse. "Es ya definitivamente un marginado, un hombre al que las circunstancias han superado por, segunda vez", declara el autor.

A primeros de septiembre comenzó en Roma el rodaje de la versión cinematográfica de El paciente inglés, protagonizada por Juliette Binoche y William Dafoe y dirigida por Anthony Minghella. "Es como hacer realidad un sueño", señala Ondaatje, "mis personajes de pronto son reales y los reconozco".

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