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Cientos de alumnos duermen en sacos para matricularse en Periodismo

Antonio Jiménez Barca

José Luis Samos, estudiante de cuarto de Periodismo de la Universidad Complutense, se quedó de una pieza ayer, a las 6.30 horas, cuando comprobó que delante de él en la cola de la facultad para matricularse había nada menos que 1.000 alumnos aún más madrugadores. Hubo quien llegó a las once de la noche con la intención de pasar la madrugada en un saco de dormir a las puertas de la facultad.

Todos querían conseguir buenos turnos y horarios de clases. Ayer se entregaban en la Facultad de Ciencias de la Información los números que emplazan a cada alumno para un día determinado a fin de cumplimentar la matrícula. La medida está pensada para evitar colas, pero tiene un efecto perverso: los alumnos saben que quien consiga los primeros números, y con ellos los primeros días para matricularse, puede elegir profesores y, lo que es más importante, los horarios y turnos más convenientes; para aquel estudiante que trabaja, por ejemplo, es vital conseguir un turno compatible, y los que se matriculen en último lugar no disponen de otra solución que conformarse con lo que otros dejen. Al final, unos 2.500 alumnos de Periodismo pasaron ayer por la secretaría.

Colas y ansiedades

Las colas y las ansiedades no sólo se dan en la Facultad de Ciencias de la Información. La semana pasada, en la de Sociología y Ciencias Políticas, de la Complutense, una avalancha de 400 estudiantes cayó sobre la secretaría, nada más abrirse las puertas de entrada, con la misma intención de conseguir un buen número.En la Facultad de Ciencias de la Información, ayer, a eso de las once de la mañana, ya estaba todo despejado. Sólo aparecían por allí alumnos cuyo turno no es muy solicitado y que pueden permitirse el lujo de no madrugar. El estudiante José Luis Samos logró, al final, y a pesar de haber llegado a las 6.30, un buen número. La explicación: "Me colé, como otros; al principio funcionaba una cola elaborada por los mismos estudiantes, pero al final la gente ha empezado a colarse y yo he decidido hacerlo", explicaba.

Otro estudiante de la Facultad de Ciencias de la Información; Enrique Gómez, que cursará este año quinto de Publicidad, no hizo cola; llegó a la Universidad a eso de la una de la tarde. Consiguió número para el 18 de octubre. Es decir, se matriculará una semana después de que empiece el curso. "Al ser de quinto [menos alumnos], no creo que tenga problemas para conseguir el turno que quiera", contaba. Un amigo suyo apuntó: "El año pasado yo tuve que matricularme en el turno de mañana y en el de tarde".

Al final de la mañana, una madre hablaba con el conserje: "Pero, ¿a qué hora tengo que venir para conseguir número para mi hijo?", preguntaba. "Eso usted verá", respondió el conserje. Y ella concluyó: "Aquí estamos todos locos".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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