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Dirigentes del PSOE piden a González que siga hasta 1997 o ceda el paso a otro presidente

Anabel Díez

Las peticiones resultarán inútiles, pero Felipe González escuchará hoy en boca de miembros de la ejecutiva y dirigentes regionales que olvide su oferta de convocar elecciones en marzo de 1996 y agote prácticamente la legislatura, hasta 1997. En la reunión de la ejecutiva, algunos de sus miembros le insistirán en que vuelva a ser candidato, pero en las filas del PSOE ya se está extendiendo la alternativa: si González decide no ser el número uno, que promueva su sustitución parlamentaria y otro socialista gobierne en minoría. Al menos tendrá Presupuestos prorrogados durante 1996.

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Los planes del presidente del Gobierno tienen muy poco que ver con estas pretensiones de sus compañeros y se cumplirán de manera inexorable, aunque hasta que se hagan realidad habrá más ruido del que a él le gustaría. En todo caso, el comité federal que tenga que tratar del asunto no será convocado hasta últimos de octubre o primeros de noviembre.Las fuentes consultadas aventuran que el líder socialista no responderá, ya que en la reunión de hoy está fuera del orden del día la cuestión sucesoria, o bien recordará que en su momento hizo una oferta pública de dar por terminada la legislatura en la primavera de 1996. Según fuentes gubernamentales, el líder socialista sigue creyendo que las elecciones no deben ser "ni antes ni después de marzo".

No antes, porque necesita algún tiempo para que los votantes socialistas asimilen que ya no va a ser el candidato y para que el sustituto reciba todo el apoyo de la organización. No después, porque está persuadido de que el clima de crispación política debe acabar pronto y la primavera le parece una fecha adecuada.

Felipe González tenía mucho interés en que el debate sobre su sustituto -el presidente rechaza el término "sucesor"- no se abriera hasta últimos de octubre por lo que ni en la ejecutiva de hoy ni en la próxima figurará en el orden del día. Formalmente esto es así, pero nada podrá impedir que alguno de los 36 miembros de la ejecutiva aborde el asunto al hilo del "análisis de la situación política"

Los miembros de la ejecutiva federal hablarán previsiblemente sobre el asunto, pero no serán los únicos. El debate viene precedido de juicios y opiniones expresadas en alto por otros dirigentes. Hay varias cuestiones pendientes y en algunas se aprecian posiciones divergentes.

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Sustitución ordenada

Todos quieren que González vuelva a presentarse, pero las diferencias surgen al hablar sobre lo que conviene hacer si su decisión resulta irrevocable. El núcleo actualmente dirigente piensa en una sustitución ordenada a cargo del actual ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana. Otros expresarán la necesidad de consultar a las bases del partido para que elijan el principal cartel electoralLa cuestión sucesoria se mezcla con la fecha de las elecciones de forma inevitable. La dirección asiente al deseo de González de que los comicios sean en marzo, en tanto que algunos secretarios regionales y provinciales no quieren dar por terminada la legislatura en la primavera, sino que aspiran a que se mantenga todo el año 1996. Su argumento es que Felipe González sólo tenía un cierto compromiso con Jordi Pujol, pero, una vez rotas las relaciones, no hay nada que pactar y puede sentirse liberado.

Con la previsible prórroga de los Presupuestos, consideran lógico que se agote el año. El ex ministro Enrique Múgica lo expresó el pasado martes en la reunión a puerta cerrada celebrada por el Grupo Parlamentario Socialista. Comparte su opinión el dirigente granadino y diputado Ángel Díaz Sol y ayer mismo lo expresó en Diario 16 el presidente de la Junta de Extrernadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que hoy tendrá oportunidad de decirlo en la ejecutiva. El secretario de relaciones políticas e institucionales, Txiki Benegas, también apuesta por la continuidad de la legislatura.

Otra línea estratégica no prevista por la dirección ni por el propio jefe del Gobierno es sustituir a González, pero agotar la legislatura con otro presidente. Lo que algunos llaman "sustitución parlamentaria" tendría que producirse a principios de año, con la dimisión de González y el nombramiento de un sustituto del PSOE. Rodríguez Ibarra comparte esta tesis con el alcalde de La Coruña y líder de los socialistas gallegos, Francisco Vázquez.

Lo cierto es que los tiempos marcados por Felipe González para el debate le parecen excesivos a muchos dirigentes de su partido. A juicio del jefe del Gobierno, hasta últimos de octubre no hay que hablar de estas cosas. Incluso se alejan las celebraciones del comité federal y de la conferencia política, previstas inicialmente para este mes y que ahora se anuncian para primeros de noviembre.

González tiene la agenda de octubre repleta de compromisos europeos y, además, desearía que, cuando se celebren esos acontecimientos partidarios, el Tribunal Supremo haya tomado alguna decisión sobre si encuentra o no motivos para enviar su suplicatorio en el Congreso por el caso GAL.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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