La gaviota del logotipo del PP vuela hacia arriba
Varios lectores, posiblemente seguidores del Partido Popular de José María Aznar, se han dirigido telefónicamente al Defensor del Lector preguntando por qué este diario, cuando informa sobre el PP, presenta un logotipo en el que la gaviota "vuela hacia la izquierda" y no "hacia la derecha", que es, dicen, la "posición del ave en vuelo, del logotipo del partido conservador de Aznar". Uno de los lectores ha llegado a insinuar que este diario hace volar a la gaviota del Partido Popular hacia la izquierda en una especie de lapsus freudiano. "Ya está bien" ha afirmado uno de los lectores más enfadados, "con querer torcer hacia la izquierda al mismísimo PP". Otro de los lectores, que telefoneó con mayor sentido del humor y en tono más reposado, recordó que es verdad que, al principio, "la gaviota del PP volaba hacia la izquierda", pero que después el partido mismo había cambiado el logotipo "para hacer volar el ave hacia la derecha". Y se preguntaba simplemente si es que a nosotros nos gustaba más así, volando hacia la izquierda, o bien si simplemente es que "no nos habíamos enterado todavía de que el ave había cambiado la ruta de su vuelo".En efecto, este diario había cambiado el primer logotipo en el que se escribía con todas las letras "Partido Popular" por el nuevo de "PP". Lo que ocurrió fue que en aquel momento el Partido Popular había cambiado también la dirección de vuelo del ave, que en el primer momento, ha dicho al Defensor del Lector Ángel de la Mota, de la oficina de prensa del PP, "volaba hacia abajo como si estuviera aterrizando y ahora vuela hacia arriba como remontando". Y añade: "Nos gustaba más que el vuelo de la gaviota fuera hacia lo alto, en sentido de crecimiento, y no hacia abajo, aterrizando". ¿Entonces no ha tenido nada que ver con el hecho de que no les gustaba que la gaviota volara hacia la izquierda y no hacia la derecha? "Para nada" dice De la Mota, "porque, si acaso, la trayectoria del Partido Popular en estos años indicaría más bien una dirección hacia la izquierda y no hacia la derecha".
Otro de los motivos, o quizás el principal, de haberle dado la vuelta a la imagen de la gaviota, dicen en el Partido Popular, fue porque, cambiado el logotipo, parecia "más estético" darle la vuelta al ave. Lo que ocurrió en EL PAÍS, según el editor gráfico del diario, Enrique Palacios, fue que, "cuando el PP cambió el logotipo, no nos dimos cuenta de que le habían dado la vuelta al pollito, y lo dejamos como estaba". Por no darse cuenta, no se la dieron ni en el Partido Popular, donde me han asegurado que no sólo no habían protestado nunca porque seguíamos haciendo volar a la gaviota aterrizando y no remontando y, por tanto, como si volara hacia la izquierda, sino "que ni nos habíamos fijado de que ustedes no lo ha bían modificado", han afirmado.
En el Partido Popular han sonreído al saber que EL PAÍS tiene lectores de su partido tan perspicaces.
Aclarado el asunto, Enrique Palacios ha prometido cambiar el "vuelo del pollito", como, él llama a la gaviota, a la que: el Diccionario de la Real Academia describe como un "ave palmípeda que vive en las costas vuela mucho y es muy voraz para que el logotipo salga con todos sus crismas. Y así lo ha hecho con mucha solicitud, como el Defensor del Lector ha podido comprobar visualmente en la pantalla.
Tranquilos, pues, los lectores del PP, porque a partir de ahora también en este diario el logotipo de su partido, ave comprendida, saldrá como Dios manda.
Escribe un embajador
El embajador Emilio Menéndez del Valle ha enviado al Defensor del Lector, subrayando en rojo una palabra, una crónica de Internacional sobre Sadam Husein en la que, en un destacado, se había colado la palabra "defectores". Menéndez del Valle, como simple lector, nos hace saber que en castellano existe "defección" pero no "defector", y que debería haberse escrito "desertores".Ricardo M. de Rituerto, jefe de la sección de Internacional y responsable ese día (9 de septiembre) de dicha sección, interpelado por este Departamento, ha explicado así el lapsus: "Salió defector como una licencia. Comprobamos en el diccionario de la RAE que tal palabra no existe. Pero vimos que defección es definida como la "acción de separarse con deslealtad uno o más individuos de la causa o de la parcialidad a que pertenecían", y nos pareció que bien podíamos dejar como un futuro neologismo la palabra defector que había usado el corresponsal. Reconozco que deberíamos haber escrito desertor, pero caímos en la tentación y, por esa falta de propiedad entendida como "significado exacto de las voces" en el uso del castellano, entonamos el mea culpa
No volverá a pasar
Varios lectores se han quejado de que en algunos anuncios publicados en la sección de Relax de este diario aparecen expresiones, bien destacadas, tipográficamente, como "Viólame" o "Acósame" u otras de poco gusto, hablando, por ejemplo, de "sábanas mojadas". En el Departamento de Publicidad confiesan que, desgraciadamente, se les habían colado en dichos anuncios expresiones que la ética y la estética de este diario rechazan, y han prometido al Defensor del Lector que «no volverán a aparecer".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.