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FERIA DE SALAMANCA

Toros blandengues

Toros blandengues y aburrimiento generalizado. Cuando empezamos así, la verdad es que da grima. Esta vez ni siquiera los picadores han tenido ocasión de practicar la aguerrida profesión de, cargarse un toro, porque visto lo visto, los matadores se apresuraban a desmonterarse para pedir auxilio en nombre de sus enemigos". El usía sacaba el pañuelo y tan ricamente; a esperar la salida del siguiente, a ver si era posible que apareciese un toro con poder. Ni a tres tirones.Manolo Sánchez pudo haber matado a su primero de un soplamocos, si se le hubiera pasado por la imaginación, tan chiquilicuatro era el animalito. Lo que pasa es que la costumbre pesa horrores y lo mató a estoque, que siempre es como más honorable y caballaresco.

Galache / Finito, Sánchez, Pedrito

Cinco toros de Francisco Galache, terciados, en puntas, mansurrones y blandos de Cebada Gago, codicioso.Finito de Córdoba: estocada contraria (pitos); dos pinchazos y estocada pescuecera. (aplausos). Manolo Sánchez: estocada desprendida (ovación y saludos); estocada desprendida a un tiempo (ovación y saludos). Pedrito de Portugal: estocada que asoma por la barriga (aplausos); pinchazo y estocada desprendida (ovación y saludos). Plaza de La Glorieta, 16 de septiembre. 5ª corida de feria. Tres cuartos de entrada.

El vallisoletano empleó la muleta en su acepción ortopédica, con lo cual ya pueden suponer que el trasteo rezumaba emoción por los cuatro costados. No fue mucho mejor la cosa en el quinto, un puntito veleto, que ya se paró en el quite para que nadie concibiese falsas ilusiones. La faena (¡faena la de tener que aguantar corriditas así!) resultó monótona, larga y tediosa. El torero estuvo aseado, pero la embestida, valga el eufemismo, era tan ramplona y cansina que la gente se ponía a hablar de sus cosas.

Finito de Córdoba resultó bastante menos interesante que su primer toro, el de Cebada Gago. El torero retrasó la pierna cuanto quiso, remató afuera los muletazos y en más de un momento dio la sensación de no saber qué hacer con el l toro, pronto al cite y codicioso ante la muleta. En su segundo, voluntarioso, templó pero parecido mecánico.

Pedrito de Portugal unió a la sosería de su primero, la suya personal. En el sexto, al que capoteó con decisión y garbo, como salido de su ensimismamiento, comenzó el trasteo echándole a la cosa más salero, pero inmediatamente toro y torero convinieron, es un decir, en' que lo mejor era dedicarse a la meditación trascendental y ambos decayeron al unísono, como si lo hubiesen ensayado antes.

¡Lo que se dice un tostón! A lo mejor es dificilísimo que los llamados taurinos, que se supone que son los organizadores del asunto éste de la fiesta, se convenzan de algo elemental, pero sería cosa de que meditasen en la necesidad de que el toro, en todas sus potencias, esté presente en los ruedos. A lo mejor eso arreglaba muchas cosas.

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