Ninguno de los cogidos en Loeches podía estar en el callejón del coso taurino
Ni la persona fallecida ni los cuatro heridos en el festejo celebrado el domingo en Loeches (2.400 habitantes) debían estar en el callejón de la plaza de toros, al que se coló un novillo tras romper una puerta. La presencia de unas 200 personas en ese lugar contraviene lo establecido en el Reglamento Taurino, que reserva el callejón para las personas que tienen alguna misión que cumplir en él. De lo contrario, puede ocurrir lo que sucedió en la localidad madrileña: un novillo de tres años y 350 kilos recorrió media circunferencia intramuros del burladero, embistiendo a todos aquellos que encontró a su paso. Entre ese privilegiado público de primera fila había varios niños, algunos de cuatro años.
Tanto el alcalde de Loeches, el socialista Pedro Díaz, como el portavoz el PP, Felipe Ruiz -que el jueves pidió al regidor una comisión de ínvestigación para depurar responsabilidades-, justificaron que el público abarrotase el callejón argumentando que "es la tradición en los pueblos".Esta costumbre se da en la mayoría de las plazas de tercera categoría de la región madrileña, especialmente en aquellas cuyas barreras están formadas por talanqueras en vez de por un muro.
En ocasiones, como en las últimas corridas de Arganda (28.000 habitantes), la gente apelotonada en las salidas a la arena da la impresión de formar una segunda: puerta.
Ambos políticos añadieron que no todo el mundo estaba detrás de la barrera para ver el espectáculo. "Era el primer toro de la tarde y acababa de salir. Es probable que muchos se dirigieran a las gradas a sentarse", ya que en esta plaza de chapa el. callejón actúa. también de distribuidor, según explicó Ruiz.
Artículo 71
El reglamento establece en el artículo 71 que "antes de comenzar el espectáculo, el presidente y el delegado gubernativo se asegurarán de que han sido tomadas todas las disposiciones reglamentarias, de que el personal auxiliar de la plaza ocupa sus puestos y de que en el callejón se encuentran solamente las personas debidamente autorizadas".Además, en el mismo artículo se puntualiza que la corrida empezará en el momento en que el reloj de la plaza marque la hora previamente anunciada, y en el artículo 35, que mientras haya un toro vivo en la arena, los espectadores no podrán estar en otro sitio que no sean sus localidades.
Uno de los heridos; Juan Francisco Llamas González, tiene 10 años de edad y estaba acompañado de un primo dé 13. Según fuentes de la Comunidad de Madrid, la Ley del Menor, aprobada en esta autonomía, establece que los niños no pueden asistir a los espectáculos taurinos si no van acompañados de un adulto. Todos los aficionados consultados ayer por este periódico calificaron de "barbaridad" que hubiese niños en el callejón. Ruiz y Díaz estaban de acuerdo. El alcalde, como presidente de la corrida, podría haberlo impedido.
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