Ex altos cargos del régimen de Guinea Ecuatorial piden el voto en las municipales para la oposición
"Si las elecciones de mañana salen bien se habrá dado un paso de no retorno en el camino de la democracia". Las impresiones de un miembro de Asodegue (Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial) dan cuenta de una "bonita campaña electoral, con notable asistencia a los mítines de la oposición". Porque a pesar de que Guinea Ecuatorial sigue siendo una dictadura, desde Alejandro Artucio, relator especial de la Naciones Unidas para Guinea, hasta José María Otero, embajador de España en Malabo, estiman que "la campaña se ha desarrollado en un marco de tranquilidad y libertad, dentro de los parámetros africanos, verdaderamente sorprendente". Hasta el punto de que en el mitin de cierre de campaña que ayer celebró en Malabo la Plataforma de Oposición Conjunta (POC), con asistencia masiva y entusiasta de miles de personas, dos ex altos cargos del régimen pidieron el voto para la oposición.
Eloy Eló, ideólogo del gubernamental Partido Democrático de, Guinea Ecuatorial (PDGE) y ex fiscal general de Guinea, que denunció ante el propio presidente Teodoro Obiang la corrupción del sistema judicial, y Bonifacio Nguema, ex miembro del Ejecutivo de Obiang tras ha ber sido vicepresidente con Francisco Macías, el dictador y primer presidente de Guinea, destituido por su sobrino Teodoro y posteriormente ejecutado, dieron ayer un golpe de efecto y desde la tribuna de oradores criticaron al partido del Gobierno por haber creado "una sociedad injusta". Al acto se sumó Felipe Cindó Obiang, ex presidente del Parlaniento, despojado de su cargo tras pedirle al presidente un cambio radical, varado en la cama por enfermedad. Desde Malabo, Eloy Eló vaticinó "un triunfo de la oposición". Su único temor es que "los sectores duros del régimen favorezcan un fraude en la jornada de mañana, porque hay muy pocos observa dores internacionales".. El régimen sólo autorizó la presencia de 27 observadores, dos españoles.
Perder el miedo
Miembros de la oposición y medios diplomáticos coinciden en que el principal valor de la campaña que finalizó ayer -Guinea vive hoy su jornada de reflexión- "es que el pueblo ha perdido el miedo a salir a la calle, discutir de lo que le afecta y participar en los mítines. Si mañana es capaz de votar libremente la transición de la dictadura a la democracia habrá dado un paso de gigante", asegura Adolfo Fernández Marugán, miembro de Asodegue. Para otros observadores resulta significativa la quiebra en el partido gubernamental, reflejada por la participación de dos ex altos cargos en el último mitin de la POC en Malabo; la falta de incidentes con las fuerzas de seguridad, y el silencio de Obiang, que se ha quedado en un segundo plano durante toda la campaña.Obiang gobierna Guinea Ecuatorial con mano de hierro desde que diera su golpe de Estado en 1979. La presión internacional logró que convocara unas elecciones legislativas en 1993, pero la mayoría de la oposición las rechazó por no reunir unos mínimos requisitos democráticos. Con una población de 360.000 personas, 153.000 guineanos están llamados a las urnas. La oposición ha criticado reiteradamente que las listas electorales no se hayan hecho públicas, una amenaza clara para la transparencia electoral. Concurren a las elecciones 11 candidaturas, aunque sólo el partido de Obiang, el PDGE, presenta candidatos en los 27 municipios del país, seguido por la POC, en 251 aunque tendrá observadores en todas las mesas.
Celestino Bakale, jefe de la campaña de la POC y miembro destacado de Convergencia para la Democracia Social (CPDS), el principal partido de la oposición guineana, de corte socialdemócrata, lamentó la ausencia de Severo Moto, a pesar de sus reiteradas afirmaciones de que su lugar estaba en Guinea en "estos momentos decisivos. Los que tienen aspiraciones políticas como él deberían dar la cara y estar aquí, dando calor y apoyo al pueblo". Bakale justificó la intervención de dos ex miembros del aparato de Gobierno del régimen en el mitin de ayer: "En Guinea no sobra nadie, hay que dejarles que expresen sus razones. Más que olvidar, en Guinea hay que perdonar, porque si olvidamos se pueden repetir los errores del pasado. Hay que perdonar y empezar una nueva vida".
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