Aznar recorre Ultramar

"¿Cómo serán las relaciones con América Latina cuando usted gobierne?", le preguntaron a José María Aznar en Santiago de Chile durante su gira por el Cono Sur entre los pasados días 5 y 13. "Mejores, serán mejores", contestó, lacónico, el presidente del Partido Popular. Recibido por gobiernos y medios de comunicación como "el próximo presidente del Ejecutivo español" incluso por los que en Chile Ie acosaron para exigirle una condena de las pruebas nucleares francesas, Aznar asegura que existe todavía un amplio espacio por explorar en la relación entre España y los países iberoamericanos en lo cultural y lo económico.Su objetivo consiste en que las cumbres iberoamericanas, empezando por la del próximo 19 de octubre en Bariloche (Argentina), se conviertan en escenario de acuerdos concretos sobre cultura y educación. Aznar ha reiterado en suelo americano su compromiso de convertir "todo lo relacionado con el español" en la segunda prioridad, después de la creación de empleo, de un hipotético Gobierno presidido por él.

Su razonamiento es que España no cuenta en el concierto internacional como gran potencia económica o política, pero sí puede ejercer de potencia cultural con el español como bandera. Esa perspectiva quedó de manifiesto en la entrevista con el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, ante el que Aznar se interesó vivamente por el proyecto de incorporar el español como idioma oficial y obligatorio, junto al portugués, en el sistema educativo.

En el terreno economico, la situación es muy diferente según los países. En Argentina y Chile la presencia española tiene peso con empresas como Telefónica Iberia o Endesa en vanguardia. En cambio, en Brasil, la primera potencia industrial del subcontinente, con un mercado de más de 160 millones de almas, España está muy por detrás de socios suyos en la UE como Alemania o Italia.

Aznar apostó ante Cardoso por una mayor presencia española, sobre todo si se abre, un proceso de privatizaciones paralelo a los de Argentina y Chile En Brasil, como en Uruguay, señaló el líder del PP, "existe vasto campo" aún por aprovechar.

Compromisos de apoyo

En la vertiente política, Aznar ha prometido a los mandatarios del Cono Sur apoyar desde Estrasburgo y Bruselas una relación más intensa entre la Unión. Europea y Mercosur, el mercado común que agrupa a viejos adversarios como Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Mercosur es para estos países una garantía de estabilidad económica y de anclaje. democrático. La entidad común aspira a fortalecer su relación con Europa y, en última instancia, a conseguir un tratado de libre comercio con la UE.Con estos compromisos, contraídos todavía como líder del principal partido de la oposición, Aznar quiere enviar el mensaje de que la vertiente americana será un elemento fuerte de su política cuando llegue al Gobierno. No desde la retórica, afirman sus colaboradores, sino desde la política real, que consiste en el entrecruzamiento de intereses económicos y culturales. El presidente del PP seguirá visitando América Latina tiene ya en la agenda Costa Rica y Puerto Rico para noviembre, si la situación política española se lo permite.

Con dos elecciones ganadas en, su cartera, el nivel de acogida de los gobiernos iberoamericanos ha subido de grado, en algún caso con patente exageración. En Buenos Aires, la solicitud del PP de "máxima seguridad" para su líder fue interpretada en forma de espectacular despliegue de decenas de motoristas en torno a su automóvil por calles y carreteras, invadiendo todos los carriles de amplias autopistas llegado el caso.

Aznar fue presentado en el Ayuntamiento de Buenos Aires como doctor, título del que carece, y como una de las jóvenes promesas nada. menos que "del pensamiento político universal".

En Paraguay, el presidente Juan Carlos Wasmosy le dispensó un recibimiento de jefe de Gobierno, con generoso despliegue de alfombra y banderas de ambos países en el aeropuerto. Además, puso a disposición de la reducida comitiva un reactor de 100 plazas para el trayecto Sao Paulo-Asunción y regreso.

El esfuerzo del presidente paraguayo por acoger a visitantes de relieve . que apoyen el inestable proceso democratizador es comprensible. En Paraguay, un general puede amenazar desde los periódicos con un golpe dé Estado si no le suben el sueldo, mientras el jefe de las fuerzas armadas, general Lino César Oviedo, presiona sin recato para convertirse en el sucesor de Wasmosy y es presentado en cuñas publicitarias de radio como "nuestro salvador".