Baviera inicia el curso con el crucifijo en las aulas pese a ser inconstitucional
El Gobierno emprende una 'cruzada' en contra de la sentencia
El Gobierno de Baviera ha iniciado una cruzada particular para mantener los crucifijos en las escuelas, a pesar de la sentencia en contra del Tribunal Federal Constitucional (BVG) alemán. Ayer empezaron las clases en las escuelas de Baviera con los crucifijos en su sitio y el Gobierno, con mayoría absoluta de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), aprobó en la reunión del Gabinete en Múnich los principios de una nueva ley para evitar la aplicación de la sentencia del Constitucional.Equipos de televisión de todo el mundo, incluso japoneses, han llegado para grabar las imágenes del primer día de clase, al que acudieron unos 50.000 niños bávaros en edad escolar. Niños de seis años, se vieron enfrentados a micrófonos que pedían su opinión sobre la presencia del crucifijo en la clase. Las respuestas que recogía ayer el telediario de la televisión pública eran sin duda del gusto del Gobierno bávaro: "Que se quede ahí para poder rezar" o "yo también tengo la cruz en mi casa sobre mi cama y no me molesta", soltaban con desparpajo los niños.
La culpa de todo la tiene Ernst Seler, un prejubilado de 45 años que desencadenó con su demanda la sentencia del BVG por la que se consideraba anticonstitucional la presencia de los crucifijos en las escuelas de Baviera. Seler, de creencias antroposóficas, se animó a acudir ante el BVG cuando su hija, llegó un día a casa asustada por la visión en la clase de "un hombre muerto, desnudo, de unos 80 centímetros, cubierto de sangre", delante de sus mismas narices. El Tribunal Constitucional estimó los argumentos en contra de la presencia de los crucifijos y sentenció su inconstitucionalidad el pasado 10 de agosto, con los votos de cinco contra tres de los supremos jueces alemanes.
El escándalo estaba servido. Una ola de indignación recorrió las filas democristianas, no sólo en Baviera. El ministro federal de Correos, el socialcristiano Wolfgang Bötsch (CSU), decidió colgar en su despacho ministerial en Bonn una cruz, como respuesta a la decisión del más alto tribunal alemán. El Gobierno bávaro se puso en pie de guerra. El pasado fin de semana, en el 59º congreso de la CSU en Múnich, la moción principal fue el "Sí a la cruz", aprobada por unánimidad.
El Gobierno de Baviera se reunió ayer para aprobar una ley que se enviará al Parlamento regional (Landtag), donde cuentan con mayoría absoluta, para dar rango legal a la disposición que establecía el crucifijo en las escuelas.
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