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La policía tiene fichados 2.300 cabezas rapadas a toda España

Jan Martínez Ahrens

El Ministerio del Interior calcula que en España se mueven aproximadamente 2.300 cabezas rapadas, de los que un 50% reside en Cataluña y un 30% en la Comunidad de Madrid. Se trata en su mayoría de varones de 16 a 22 años que se consideran patriotas blancos y que eligen la calle y las noches de los fines de semana para cometer sus ataques. Los responsables policiales, consideran que este tipo de violencia urbana es grave, pero no alarmante. "En España se corre el peligro de magnificar un problema que es absolutamente minoritario", afirmó la secretaria de Estado del Interior, Margarita Robles.

En los siete primeros meses de este año han pasado a disposición judicial en España 120 skins, una cifra superior a la de todo 1993. Esta extensión del fenómeno rapado, que alcanza al 37% de las ciudades con más de 25.000 habitantes, es especialmente preocupante en Cataluña. Sólo la ciudad de Barcelona acumula un 78% de todas las diligencias policiales abiertas en el país por acciones de los cabezas rapadas. Otro 10% corresponde a Madrid y el resto se reparte entre Valencia, Murcia, Sevilla y Burgos."La estrategia para combatir a los cabezas rapadas se inició en 1993 y ha incluido el seguimiento de los líderes de estos grupos y de sus movimientos en el extranjero., También hemos obtenidos datos de los vídeos grabados en campos de fútbol y en tiendas de utillaje paramilitar. Así, si descubrimos a un rapado en ambos sitios salta la alarma", indicó la directora general de Política Interior, Concepción Sáenz, a quien acompañaban, además de Margarita Robles, la delegada del Gobierno en Madrid, Pilar Lledó; su homóloga en Valencia, Carmela Moya, y el gobernador civil de Barcelona, Jaume Casanovas.

El informe ministerial analiza los métodos de los rapados. Entre ellos, los de ataque. El más habitual consiste en el apaleamiento en plena calle de extranjeros, mendigos, homosexuales y drogadictos. Otra forma de amedrentamiento es el ataque a viviendas o establecimientos frecuentados por sus enemigos, especialmente los inmigrantes negros y magrebíes, También destacan las luchas territoriales con otras tribus urbanas, como los punkis.

Los principales migraciones de las bandas skins se registran por ajustes de cuentas, conciertos musicales y acontecimientos futbolísticos. Entre las gradas más conflictivas se cuentan, según la policía, las ocupadas por Boixos Nois y Blanquiazules, en Barcelona; Ultra Sur, en Madrid; Ligallo Fondo Norte, en Zaragoza; Yomus, en Valencia; Brigadas Blancas, en Albacete; Komandos Kastilla, en Burgos; Brigadas Azules y Chirivis, en Oviedo; Gauna Sur, en Logroño, y Biribis y Supportes, en Sevilla.

Niños violentos

Estas hinchadas constituyen el caldo de cultivo de las nuevas hornadas de cabezas rapadas. Una labor de captación que se ejerce incluso entre niños: "En un partido de fútbol-sala entre San Sebastián de los Reyes y Torrejón se descubrieron skins con edades entre los 11 y 13 años", indica el informe elaborado por el Ministerio de Interior para el Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana que se celebra hoy. Una reunión en la que el Gobierno tratará el descubrimiento en agosto del panfleto neonazi Cirrosis, un opúsculo en 61 que figuraban los nombres y direcciones de 100 posibles víctimas de toda España. Esta publicación clandestina ha motivado la apertura de un investigación de la Fiscalía.

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Los hermanos mayores de los violentos

Los cabezas rapadas tienen hermanos mayores en Valencia, Lleida, Badalona, Mataró y Aranjuez. El informe del. Ministerio del Interior establece que en el 11% de las poblaciones españolas donde pululan estas bandas urbanas, el liderazgo lo ejerce una persona cuya indumentaria en nada se parece a las tradicionales pantalones negros ajustados y botas con puntera metálica de los skins. "Son ultraderechistas vinculados a organizaciones tradicionales o clandestinas", afirmó la directora general de Política Interior, Concepción Saénz. Esta prolongación de la trama negra conduce, según la policia, hasta grupos políticos como Frente Nacional, Juntas Españolas y Acción Radical e incluso hinchadas como los Boixos Nois y las Juntas Blanquiazules. "Los cabezas rapadas son carne de cañón de los movimientos neonazis, donde sirven de matones de sus líderes", indica el informe.Un camino que nace del fracaso afectivo y escolar, del mimetismo y del paro, de la rebeldía juvenil y de sus propios trastornos antisociales. "A través del miedo que producen en el otro confirman su existencia", sentencia el estudio. El otro, en este caso, es el negro, el musulmán, el suramericano, el homosexual...

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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