La balanza corriente logra superávit de 168.000 millones hasta julio

La balanza por cuenta corriente tuvo en julio un superávit de 75.700 millones de pesetas, frente a un déficit de 52.900 millones en julio de 1994. Esta mejora de la balanza se ha extendido a los primeros siete meses del año, periodo en el que se registra un superávit por cuenta corriente de 168.300 millones de pesetas. Tanto en el mes de julio como en el periodo enero-julio, la balanza de servicios y de capital compensaron el déficit comercial que, según el Banco de España, aumentó el 24% en el mes y el 29% en el periodo.

En los siete primeros meses de 1995 la balanza de pagos registra un superávit de 168.300 millones, frente a un déficit de 462.700 millones en enero-julio de 1994. Este superávit es resultado del aumento en los superávit de servicios (principalmente turismo) y transferencias y de los pagos menores por rentas, que compensaron el crecimiento del déficit comercial (el 29%, por un aumento de las exportaciones del 16,6% y de las importaciones en el 18,4%). En julio, el déficit comercial (183.100 millones, frente a los 147.300 del mismo mes el año pasado) fue compensado por el superávit de la balanza de servicios (249.800 millones, frente a los 226.000 millones en julio de 1994), la disminución del saldo negativo en la rúbrica de rentas (-121.900 millones en julio del año pasado, 107.800 millones en julio de este año) y un superávit en la balanza de transferencias (116.800 millones en julio) frente al déficit de 9.700 millones en julio de 1994.

Uno de los factores clave fue el turismo. El saldo turístico en julio arrojó ingresos netos de 297.900 millones, el 9% más que en julio de 1994. En el periodo enero-julio, los ingresos netos por este concepto fueron de 1,404 billones, el 11,2% más que el año pasado (1,262 billones).

La balanza de capital se saldó prácticamente en equilibrio en julio. Las entradas netas fueron de 3.600 millones de pesetas, frente a los 181.500 millones en julio del año pasado. El Banco de España asegura que "las notables entradas por inversión extranjera, fundamentalmente por adquisición de deuda pública española por no residentes y, en menor medida, por préstamos y depósitos en el exterior en España se vieron prácticamente contrarrestadas por las salidas por depósitos a corto plazo de España en el exterior".