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La unión monetaria provocará la guerra, sostiene un alto cargo de la UE

Xavier Vidal-Folch

La Comisión Europea pondrá al inglés Bernard Connolly en manos del comité de disciplina, anunció ayer el portavoz de la institución. Connolly, uno de los más altos responsables de la política monetaria europea, acaba de escribir un libro en el que defiende todo lo contrario a sus funciones: predice que la unión monetaria desencadenará una batalla abierta entre Francia y Alemania para obtener la hegemonía en la Unión Europea (UE), que "posteriormente podría conducir a la guerra".

Así lo indicaba ayer el rotátivo británico The Times acompañando una prepublicación del libro, que aparecerá en las librerías el próximo día 18 de septiembre bajo el explosivo título El carcomido corazón Europa: la guerra sucia por la Europa monetaria.El autor defiende que el Sistema Monetario Europeo ha sido una "monstruosidad económica", la unión monetaria es una "peligrosa burla" y que sólo la libertad de manejar la política monetaria con consideraciones domésticas en la cabeza permitió [a John Major] llevar a la economía al crecimiento en lugar de un desplome catastrófico".

En apoyo de sus tesis sostiene que Francia y Bundesbank actuaron contra los intereses del Reino Unido, Italia, Dinamarca y el conjunto de la Unión Europea en la crisis monetaria de 1991-1992. Los gobiernos de París y Bonn se conchabaron entonces en un "negocio de enamorados", según el funcionario, para limitar el realineamiento monetario a la lira italiana y pactar el apoyo alemán al franco francés.

El problema es que Bernard Connolly no es un funcionario cualquiera, sino un destacado asistente a las reuniones del Comité Monetario, donde se deciden las devaluaciones. Jefe de la tercera Unidad de la Dirección B en la Dirección General Segunda de la Comisión, su misión estriba en el "seguimiento, análisis y previsiones y de las evoluciones de las políticas monetarias de los Estados miembros y la preparación de la futura política monetaria común", entre otras funciones.

El Estatuto de los funcionarios, que todos deben jurar o prometer, establece claramente sus incompatibilidades y su deber de confidencialidad. Entre otras limitaciones, los funcionarios deben pedir permiso antes de publicar un libro, lo que Bernard Connolly no ha hecho.

Periodo sabático

Y aunque alega que ha realizado su trabajo en periodo de año sabático, la Comisión Europea sostiene que la contrapartida al billete de vuelta de estas vacaciones voluntarias consiste en que quien las disfruta sigue sometido a las normas de los funcionarios".Bemard Connolly es un declarado seguidor de Margaret Thatcher. Sus colegas conocían bien sus heterodoxos puntos de vista, sostenidos desde hace veinte años, aunque "en público respetaba las reglas", comentaron a este diario fuentes del Comité Monetario. Bernard Connolly ha tildado de "frustrante" esta esquizofrenia entre su trabajo y sus convicciones, que cercanos suyos explican por su acendrado catolicismo: "Quería sacrificarse por la causa y estar aquí para evitar el empeoramiento de lo que consideraba un desastre". "Hay quienes me consideran lunático", reconoce el funcionario.

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