La preparación de Induráin en altitud
La preparación en altitud -a más de 2.000 metros- puede tener dos objetivos: Mejora de la condición física para después competir a nivel del mar. Aclimatación y adaptación del cuerpo al lugar donde luego se competirá. Este es el caso de Induráin este año.En la altitud influyen tres variables principalmente: Disminuye la presión parcial del oxígeno (hay menos oxígeno en el aire) Disminuye la presión parcial del nivel del vapor de agua (menos humedad) La densidad del aire es también menor. Para el ciclismo, la disminución del oxígeno y del vapor del agua son elementos negativos. La menor densidad ayuda en las pruebas dependientes de la velocidad: mejor aerodinamismo porque hay mayor penetrabilidad en el aire.
El objetivo es, por consiguiente, resolver de manera positiva para el rendimiento el compromiso falta de oxígeno/penetrabilidad. Teóricamente la altitud ideal en la que la menor presión del oxígeno quedara compensada con un mayor aerodinamismo se sitúa en torno a los 3.800 metros. Si en la ciudad de La Paz -la capital de Bolivia está situada a 3. 100 metros- existiera un velódromo cubierto, sería el lugar ideal para batir el récord de la hora.
La adaptación a un medio hostil fisiológicamente requiere, a nivel general, de 20 a 22 días de trabajo cuando se trata de alturas entre 2.000 y 2.200 metros.
Pero a más de 2.500 metros -Duitama, sede del Mundial de carretera, está a 2.700- se necesita en torno a 28 días.
El único contacto de Induráin con la altura se ha producido en los puertos del Tour y el Giro de más de 2.500 metros -Restefonds, La Bonette, el Agnello-, pero esa referencia no es válida. Allí, todos los corredores acudieron en las mismas circunstancias, mientras que en el Mundial habrá rivales acostumbrados. Además, en los puertos alpinos, el trabajo desarrollado en altura no pasaba de hora y media, mientras que el Mundial será de más de siete. Y eso, a más de 2.500 metros, es muy diferente.
El primer desafío: en el que debe triunfar Induráin es independiente al ejercicio físico. Serán tres o cuatro días para adaptarse simplemente a la altura, tiempo en el que puede sufrir el mal de altura, que se desarrolla en forma de náuseas, vómitos y cefaleas. Después, ya se puede empezar a planificar.
El organismo sufre una serie de transformaciones en tres fases: aguda, intermedia y lenta. Se trata de no llegar a la última. En altura, el cuerpo produce más glóbulos rojos, la capacidad máxima aeróbica -el rendimiento- disminuye en torno al 12-15% y también bajan las pulsaciones máximas. En una palabra, el organismo está deprimido. También será fundamental vigilar la hidratación y la recuperación, que es más lenta que a nivel del mar. Tampoco podrá enfrentarse a sus cargas de trabajo habituales. Hay que ir con poca prisa y mucha prudencia: si te sobrepasas en cargas de trabajo echas todo a perder, y es un riesgo mucho mayor que quedarse corto. No se puede ir a esa altura de golpe, debemos ser muy precavidos. No llevamos ningún programa previo, aunque si un proyecto. Es el método científico, avanzar después de experimentar.
No se trata, porque no se puede, de prepararse para un día de términado. Las pruebas de un día están enmarcadas en un periodo de forma mucho más amplio. Tenemos que controlar muchas variables y el Mundial justifica, el riesgo. Aunque el proyecto resulte frustrante deportivamente, o Induráin no se adapte y su organismo asimile la altitud, hay que probarlo. Llevaremos de todo a Colorado: medidores de ácido láctico, decadencia, pulsómetros, velocímetros ... Y el Centro de Alto Rendimiento de Boulder nos prestará ergómetros.
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