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LA ODISEA DE LOS OBSERVADORES

Pale anuncia que los tres españoles están vivos

Un 'ministro' serbobosnio asegura que Sánchez Rau y su equipo viajan hacia Belgrado

La sorpresa ha sido mayúscula. Los cinco observadores de la Unión Europea (UE) en la antigua Yugoslavia, entre ellos tres españoles, a los que el miércoles todas las fuentes daban por muertos, aparecieron ayer vivos. La misma televisión de los serbios de Bosnia que anunció anteayer su fallecumiento mostró imágenes de los observadores reunidos con responsables del régimen de Pale, y el ministro de Informaron, Miroslav Toholj, confirmó la buena noticia. La operación da la impresión que se enmarca en la guerra psicológica de los serbobosnios para denunciar los bombardeos aéreos de la OTAN contra sus fuerzas que sitian Sarajevo, que empezaron el miércoles de madrugada y continuaban ayer al anochecer.

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En los Ministerios españoles de Exteriores y Defensa nadie se atrevía todavía anoche a descorchar el cava pero se palpaba un cierto alivio y alegría. Sólo en Belgrado un observador español de la UE, José María Rodríguez Colorado, echó casi inmediatamente las campanas al vuelo dando por buena la noticia. A primera hora de la madrugada ambos Ministerios, así como la sede central en Zagreb de la Misión de Observación de la Unión Europea (EUMM) y la ONU, carecían de una confirmación independiente de que el embajador español Fernando Sánchez Rao, el general de brigada José Luis García Esponera, el comandante Zenón Luis Quintana, el irlandés James Gibbon así como el holandés Pieter Schoonenwolf, estuvieran vivos.La principal fuente de esta información fue la televisión serbobosnia que a última hora de la tarde mostró imágenes tomadas, al parecer, ayer mismo del jefe de la EUMM, Sánchez Rau y de su equipo reunido con colaboradores de Karadzic. La víspera, esa misma televisión señaló que habían resultado muertos al ser alcanzado su vehículo blindado por los obuses disparados por los aviones de la OTAN.

Las imágenes podían ser de archivo y en cuanto las vieron, Defensa y Exteriores, se pusieron en contacto con las familias de las supuestas víctimas para decirles que no se hicieran ilusiones, que podía tratarse de una manipulación.

El ministro serbobosnio de Información, Mirolsav Toholj, contribuyó, sin embargo, a otorgarles credibilidad. En una declaración a su agencia de prensa aseguró que los cinco estaban vivos así como su intérprete, Olga Meden, y su chófer, Aleksandar Rastovic, a los que también se llegó a dar por muertos.

Proteger a los españoles

"Hubo razones de seguridad", explicó Toholj, "para proteger a los observadores de la UE de la ira de la gente y del peligro que suponía el ataque de las fuerzas terrestres y aéreas de la OTAN". "Ahora están fuera de peligro y están reincorporándose a su trabajo y podrán reencontrarse con sus familias", agregó.Los dos vehículos blindados en los que viajaban los observadores poseen un sofisticado equipo de comunicaciones que les permite enlazar con su cuartel general en Zagreb. El ministro no explicó por qué desde el miércoles por la mañana no habían podido utilizarlo para dar cuenta de su situación.

En una rueda de prensa ayer a mediodía, el ministro español de Exteriores, Javier Solana, explicó que Sánchez Rau y sus colaboradores no tenían, en principio, nada que hacer en Pale porque estaban desarrollando una labor mediadora entre los croatas de Dubrovnik y los serbios de Trebinje. De ahí que en círculos oficiales españoles se manejase la tesis de que habían sido obligados a trasladarse a Pale desde Trebinje.

La televisión serbia abrió anoche el informativo con las declaraciones de Solana por la mañana en Madrid en las que confesaba que había un 99,9 % de probabilidades de que estuvieran muertos. Instantes después, el telediario pasaba las imágenes de la televisión de Pale en las que aparecían los españoles.

Esta madrugada se suponía que los tres españoles viajaban de Pale a Belgrado, la capital de Serbia. La distancia que separa ambas ciudades es de algo más de 300 kilómetros por malas carreteras salpicadas de puestos de control. El trayecto puede durar más de seis horas.

En la Embajada de España en Belgrado se montó un servicio de guardia para recabar información. El encargado de negocios, José Antonio Bordallo, que se encontraba de vacaciones, regresó a Belgrado a bordo de un avión de la Fuerza Aérea española, junto con el embajador español ante la ONU para misiones de paz, Miguel Ángel Fernández Mazaranbroz.

La representación diplomática española estuvo movilizada para recabar información, pero se topó con un muro de silencio de las autoridades de Belgrado. A través de los servicios secretos logró ponerse indirectamente en contacto con el régimen de Pale, pero tampoco recibió aclaración alguna y sí una amarga queja por la participación española en los bombardeos aéreos contra sus fuerzas.

En Madrid, Solana y su homólogo de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, pasaron parte de la tarde y de la noche en La Moncloa siguiendo con el presidente del Gobierno, Felipe González, las informaciones procedentes de la antigua Yugoslavia y tratando de tener una verificación directa.

Antonio Pedauyé, jefe de la misión civil de las tropas de paz en Bosnia, se mostró anoche desde Nueva York "alentado" con la noticia y trataba de hacer gestiones para confirmarla a través del mando de Unprofor en Sarejevo. El diplomático español dijo a Efe que la primera información llegó por fax a las fuerzas de la ONU en la capital bosnia. En el fax, fuentes oficiosas anunciaban que el grupo estaba vivo pero que no podían dar más detalles.

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