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INTERVENCIÓN ALIADA EN LOS BALCANES

España cree que sus observadores fueron asesinados

El Gobierno no da credibilidad a la versión serbia de que murieron por el bombardeo de la OTAN

Los bombardeos de la OTAN contra los serbobosnios han provocado una venganza de los hombres de Radovan Karadzic que ha costado la vida a tres españoles -un diplomático y dos militares- y a otros dos observadores de nacionalidad irlandesa y holandesa. El Gobierno español no da credibilidad a la versión de las autoridades serbobosnias, quienes aseguraron que el diplomático Fernando Sánchez Rau, jefe de la Misión de Observación de la Unión Europea (EUMM) en la antigua Yugoslavia, y sus cuatro acompañantes -entre ellos, el general de brigada José Luis García Esponera y el comandante Zenón Luis Quintana Trejo- murieron como consecuencia del ataque lanzado durante la madrugada de ayer por la OTAN en la zona de Pale.

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A falta de confirmación, se da por fallecidos, en circunstancias aún no aclaradas, al diplomático Fernando Sánchez Rau, de 41 años; al general de brigada José Luis García Esponera, jefe adjunto de la misión de observadores de la Unión Europea, de 56 años; al comandante Luis Zenón Quintana, de 39 años; al irlandés James Gibbon, y al holandés Pieter Schoonenwolf. También habrían muerto la intérprete, Olga Meden, y el chófer, Aleksandar Rastovic, según la delegación de la EUMM en Podgorica, capital de Montenegro.El Gobierno español difundió anoche un comunicado en el que confirmaba implícitamente las tres muertes y describía a las víctimas como "destacados y abnegados servidores de la UE". Horas antes, los Ministerios de Defensa y Exteriores se habían puesto en contacto con las familias de las víctimas para advertirles que debían temerse lo peor.

El ministro de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, que pasó la noche del miércoles en su despacho siguiendo el ataque de la OTAN, volvió ayer precipitaamente de Oviedo, a donde había viajado para participar en el jurado de los premios Príncipe de Asturias. Suárez Pertierra y el titular de Exteriores, Javier Solana, se reunieron anoche en el Ministerio de Defensa para hacer un seguimiento de la situación.

A pesar de las intensas gestiones realizadas, ayer no se pudieron confirmar oficialmente las tres muertes. Ello sólo será posible cuando cesen los bombardeos de la OTAN y la misión forense preparada por la ONU y la Unión Europea en Sarajevo consiga acceder al lugar de la tragedia, a unos 12 kilómetros al sur de la capital bosnia. La misión identificará los cadáveres y organizará la repatriación a sus respectivos países. Defensa tiene ya un avión preparado en la base aérea de Getafe con ese fin.

Pésame de Holbrooke

El subsecretario de Estado y jefe de la delegación norteamericana, para la antigua Yugoslavia, Richard Holbrooke, visitó ayer la Embajada de España en Belgrado para dar el pésame por la muerte de los tres observadores, informa Francesc Relea desde Belgrado. Holbrooke se comprometió a intentar averiguar ante los jefes militares serbios el paradero de los observadores muertos. Momcilo Parisic, jefe del Alto Estado Mayor del Ejército de la nueva Yugoslavia, realizaba anoche gestiones para esclarecer lo ocurrido.La muerte fue anunciada por la manaña con cierta confusión por la televisión serbia de Bosnia, que la achacó a los bombardeos de la aviación de la OTAN. La emisora sólo identificó al comandante Zenón Luis Quintana. Posteriormente, el alcalde serbobosnio de Trebinje afirmó también que todos los demás habían fallecido. Esta versión ha sido puesta en tela de juicio por fuentes de Unprofor (Fuerzas de la ONU en la antigua Yugoslavia), de la OTAN, de la EUMM y del Gobierno español.

Sánchez Rau habló, por última vez, por teléfono con Exteriores en Madrid el martes por la manana. Llamó desde Podgorica, donde estaba llevando a cabo una labor de buenos oficios entre serboboisnios de Trebinje y croatas de Dubrovnik. El diplomático, tenía entonces previsto desplazarse hasta Pale para negociar las condiciones de apertura en la capital serbosnia de un puesto con dos observadores comunitarios. En la conversación telefónica quedó, sin embargo, claro que ante la inminencia del ataque aéreo de la OTAN no era el momento oportuno para efectuar tal viaje y se acordó aplazarlo. El equipo de la EUMM acabó, no obstante, haciendo ese desplazamiento en compañía del alcalde de Trebinje, según la versión de este último.

En Defensa señalan además que la precisión de los bombardeos aéreos es tal que resulta muy difícil que destruyan accidentalmente un todoterreno blanco y blindado como el que utilizaban Sánchez Rau y su equipo, a menos que fuera colocado deliberadamente junto a un objetivo militar. Por todos estos motivos, se sospecha que la muerte debe interpretarse como una, represalia del régimen de Pale. De confirmarse estas tres muertes, se elevará a 18 el número de fallecidos del contingente español en la antigua Yugoslavia desde octubre de 1992.

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