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Eslavonia oriental y Gorazde se perfilan como los dos obstáculos para la paz en los Balcanes

El equipo negociador estadounidense encargado de presentar y defender el último plan de paz para la antigua Yugoslavia inicia hoy en Europa una intensa semana negociadora de suma importancia, en la que pueden dirimirse las perspectivas de una solución diplomática. Eslavonia oriental disputada por croatas y serbios y el enclave de Gorazde, en Bosnia oriental, defendido únicamente desde el aire por la aviación de la OTAN ante un eventual ataque serbio tras la retirada de los cascos azules, son actualmente los dos puntos más calientes que pueden estallar en cualquier momento si los negociadores no son capaces de llegar finalmente a algún acuerdo.

La nueva delegación norteamericana, constituida por el presidente Clinton tras la muerte de tres de sus miembros el pasado 19 de agosto en el monte Igman (Sarajevo), se entrevista hoy en París con el presidente bosnio, Alia Izetbegovic, y mañana lo hará con los representantes del Grupo de Contacto (EEUU, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania). Posteriormente, el equipo que encabeza el vicesecretario de Estado, Richard Holbrooke, viajará a la zona de conflicto para entrevistarse con los otros principales actores, el presidente serbio, Slobodan Milosevic, de Serbia, y el croata, Franjo Tudjman.Holbrooke aprovechó ayer para recordar a los serbios de Bosnia que si no aceptan el plan estadounidense se enfrentarán al uso de la fuerza desde el aire por parte de la OTAN. La revista Newsweek, en su última edición, revela un supuesto plan estadounidense de bombardeos durante nueve meses sobre las posiciones serbias para impedirles toda ganancia territorial mientras se prepara una fuerza militar musulmana.

El autoproclamado Parlamento de los serbobosnios tendrá oportunidad de pronunciarse, pues ha sido convocado de urgencia para hoy, para analizar en sesión extraordinaria "las nuevas iniciativas de paz", declaró anoche su vicepresidente, Branko Simic.

No obstante, es la belicosidad del presidente croata tras su apabullante victoria en Krajina a principios de agosto, quien aparece ahora como riesgo para la paz. Tudjman anunció el sábado ante miles de enfervorizados seguidores en el puerto adriático de Split su intención de recuperar a cualquier precio Eslavonia oriental, una región fértil y rica en petróleo, colindante con Serbia, y la única franja de territorio de Croacia que sigue en poder de los secesionistas serbios desde la guerra de 1991.

La tensión va en aumento en Eslavonia oriental. Serbios y croatas han reforzado sus posiciones militares a los dos lados del Danubio, y en este caso el Ejército de Serbia no parece dejar abandonados a sus hermanos, como hizo en Krajina. Las fuerzas serbias acusaron ayer al Ejército croata de violar el alto el fuego alcanzado en Eslavonia oriental el sábado al mediodía gracias a las Naciones Unidas.

Triunfo croata

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Paradójicamente, el triunfo croata en Krajina, que las principales potencias occidentales acogieron con satisfacción, indisimulada al considerar que alteraba de manera inesperada el equilibrio de fuerzas en la guerra de los Balcanes por primera vez desde el comienzo de la contienda los serbios sufrieron una derrota en toda regla y permitiría discutir seriamente una propuesta de paz, puede acabar siendo un nuevo obstáculo para poner fin a la guerra, si Tudjman se lanza a una nueva aventura militar.Gorazde, el enclave musulmán de Bosnia oriental del que se han retirado los cascos azules ucranios y británico estará también muy presente en las" discusiones que mantendrá la delegación norteamericana. Su seguridad estará a partir de ahora en manos de la aviación de la OTAN ante cualquier ataque de las fuerzas serbias, que no ocultan su pretensión de ocupar el último enclave que les queda por conquistar en el este de Bosnia, tras la captura de Srebrenica y Zepa.

En tierra quedan dos docenas de observadores militares y controladores aéreos y 65.000 civiles. Un eventual trueque de Gorazde por territorios alrededor de Sarajevo está en la mente de más de un dirigente occidental, aunque lo nieguen en público. El Gobierno bosnio rechaza tal posibilidad.

Otro punto de fricción entre croatas y serbios se sitúa en la meridional península de Prevlaka, reclamada por los Gobiernos de Croacia y de la nueva Yugoslavia (Serbia y Montenegro), que desde 1992 está desmilitarizada y bajo control de las fuerzas de la ONU. El Ejército croata ha reforzado los alrededores de la península con bunkers que según Montenegro, albergan piezas de artillería pesada. Aunque esta acusación no está confirmada, no hay duda de que la península de PrevIaka, un brazo de cuatro kilómetros sobre el mar desde el que se controla la entrada a la bahía de Kotor en el extremo más meridional de Croacia, es de gran valor estratégico para ambas partes y tendrá su importancia en la mesa de negociaciones para hallar una solución final al conflicto en los Balcanes. La bahía de Kotor alberga a toda la Marina de guerra de la nueva Yugoslavia.

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