LA NUEVA CARA DE LA MAGDALENA
Ochenta y tres años después de su inauguración como residencia regia, y de convertirse en el edificio más representativo de la ciudad, los santanderinos hacen ahora cola para visitar el interior del palacio de la Magdalena, recién restaurado. Tras una inversión de más de 4.000 millones de pesetas que le ha salvado de la ruina, el palacio se ha transformado en un "inmueble inteligente", sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Los santanderinos son propietarios del palacio y de la vasta finca de 30 hectáreas, convertidas en parque público después de que el alcalde Juan Hormaechea lo comprase por 150 millones de pesetas al conde de Barcelona, padre del rey Juan Carlos, en 1977. Un acuerdo entre el nuevo regidor de la ciudad, Gonzalo Piñeiro, y el rector Ernest Lluch, que este año se despide de sus tareas académicas en la Magdalena, permite desde ahora a la gente acceder al palacio a fin de comprobar in situ la radical transformación operada.-
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