No hay que subestimar nunca el poder de Internet
La popularidad de esa red de comunicación es, en opinión del autor del artículo, el acontecimiento informático más importante desde la aparición del ordenador.
La popularidad, cada vez mayor, de la red de comunicación denominada Internet es el acontecimiento más importante de la industria de la informática desde la aparición del ordenador personal de IBM en 1981. Es más importante incluso que la aparición de la interfaz gráfica para el usuario, el uso de imágenes en la pantalla y las fuentes de tipos de letra.Usando Internet, una persona puede consultar desde Tokio los horarios de trenes de Europa; un estudiante de secundaria de San Francisco puede examinar la oferta de cursos de la Universidad de Cornmell, al norte de Nueva York, y personas de todo el mundo pueden intercambiar mensajes electrónicamente en comunidades virtuales dedicadas a miles de temas distintos. La gente está empezando incluso a utilizar Internet para realizar llamadas a larga distancia. La calidad de la voz no es excelente todavía, pero llegará a serlo cuando se superen las deficiencias.
La analogía entre los primeros días del ordenador personal de IBM e Internet es adecuada. El ordenador personal no era perfecto, y tampoco lo es Internet. Algunos aspectos del ordenador personal eran arbitrarios o incluso deficientes, y hay aspectos de Internet que también lo son. Pero el fenómeno de IBM se convirtió en el elemento clave en el sector informático durante los 14 años siguientes. Se dedicó una cantidad enorme de energía a aprovechar sus puntos fuertes y superar sus imperfecciones. Hoy, el ordenador personal avanza muy deprisa y se están desarrollando sistemas físicos y lógicos muy interesantes para funcionar con él.
Al igual que el ordenador personal, Internet es un terremoto. Agitará a la industria informática y otras muchas, y hará caer a los que no aprendan a moverse entre sus sacudidas. Internet tiene sus fallos, pero se superarán.
En consecuencia, las empresas tienen que contar con Internet en sus planes. Ésta es un área en la que practico lo que predico. El año pasado desafié a Microsoft a aprovechar las oportunidades que ofrece Internet. Si fuera a Microsoft y preguntara "¿cuál es el tema que impulsa la innovación aquí?", descubriría que es: Internet más que cualquier otro.
Todos los grupos de producto -desde Windows hasta Word, pasando por Microsoft Network- han convertido el apoyo a Internet en su principal prioridad. Por ejemplo, el grupo de Word está encargado de convertir Word en una forma excelente de escribir y leer contenidos interactivos.
Sabemos que el futuro de la empresa depende en parte de lo bien que seamos capaces de adaptamos a un entorno competitivo modificado por Internet. Reaccionar a un entorno que cambia no siempre es fácil, pero, como he dicho en columnas anteriores, es absolutamente necesario.
Acceso limitado
Ya en su fase inicial, el paso a una forma de comunicación barata que representa Internet está haciendo que la gente se plantee cosas que antes se daban por sentadas, a veces incluso sin darse cuenta. Por ejemplo, muchas veces me preguntan cómo pueden permitirse las empresas de Internet proporcionar acceso ilimitado, incluso a paises, sin cobrar llamadas telefónicas a larga distancia. El supuesto no expresado que subyace es que la comunicación es costosa y que se debe facturar según el tiempo y la distancia. Pero Internet desafía este supuesto. El precio que paga un organismo por conectarse a Internet lo determina el tamaño de su acceso, no cuánto se utilice realmente la conexión. El uso ni siquiera se mide, y no importa si uno se conecta a información que está almacenada cerca o al otro lado del mundo.
A excepción de los usuarios de Internet o de redes privadas, la gente no ha visto todavía bajar el precio de las comunicaciones de manera significativa. Las redes de cable y de teléfono siguen amortizando redes que construyeron con tecnología antigua y costosa. Monopolios autorizados por los Gobiernos y otras actuaciones de los Gobiernos de todo el mundo han mantenido alto el coste de la comunicación. Pero Internet está creciendo tan deprisa que lo último en tecnología, menos caro, se está utilizando lo más deprisa posible. Enlaces de telecomunicaciones instalados hace unos pocos meses para mantener Intemet en funcionamiento ni siquiera existían hace un año.
Los proveedores de Internet alquilan líneas de comunicación de la misma forma que se hace con una oferta de mercancía. El mercado de líneas telefónicas alquiladas para llamadas a larga distancia es notablemente competitivo y mantiene bajos los costes. En resumen, Internet es la única red pública cuyo aspecto económico refleja los últimos avances en tecnología de comunicaciones y todas las ventajas de la competencia.
No es casualidad que World Wide Wed, la red mundial de Internet que permite transmitir gráficos y caracteres, se haya hecho popular ahora, en lugar de hace unos pocos años. Si millones de personas hubieran intentado obtener gráficos por medio de Internet a principios de la década, el sistema, al que ya se exige demasiado, habría estallado y desaparecido. Tal y como están las cosas, ya está al límite.
Internet puede tropezar con algunos problemas de poca importancia. Puede quedarse un poco atrasado o ser víctima de la descoordinación. Estos reveses temporales no afectarán al éxito general de Internet.
El éxito está asegurado, en parte porque Internet se ha convertido en el primer medio mundial para publicar información. Todo el mundo puede ser editor. La red tiene ya suficientes usuarios y empieza a sacar partido de la aportación de las ideas de todos ellos. Cuantos más usuarios tiene, más contenido tiene, y cuanto más contenido tiene, más usuarios tiene.
La mayor parte de su contenido es gratis de momento. Personas y empresas publican información en la red por gusto o para conseguir experiencia o difusión. Por ahora pierden dinero. Servicios comerciales interactivos como CompuServe y Microsoft Network se están convirtiendo en comunidades dentro de Internet y la gente paga por pertenecer a ellas. Una vez que se pertenece se obtienen muchas cosas sin coste adicional, así como la posibilidad de pagar más todavía por cierto tipo de contenidos y comunicaciones.
Nadie sabe cuál será finalmente la división entre espacios gratuitos y comerciales en Internet. Al final decidirán los consumidores. Entretanto, innumerables empresas están realizando sus apuestas y aportando un interés comercial a un mundo que hasta hace poco no lo tenía. Sólo algunas de las que están apostando por Internet ganarán. Pero las que apuestan contra Internet perderán.
Copyright1995, Bill Grates. Distribuido por New York Times Special Features. Las preguntas a Bill Gates deben enviarse por correo electrónico a: ask bill (AT) Microsoft.com, con indicación de nombre, ciudad y país. También pueden escribir a la atención de Gates a The New York Times Syndication sales Corp, 122 E 42nd St., New York, NY 10168.
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