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Estados Unidos refuerza su presencia militar en el golfo Pérsico para intimidar a Irak

El Pentágono anunció ayer el refuerzo de la presencia militar norteamericana en el golfo Pérsico en respuesta a una movilización "inusual" de tropas iraquíes en dirección hacia la frontera con Kuwait. Sin embargo, el ministro de Defensa kuwaití, jeque Ahmad Hamud al Sabah, declaró anoche que "no hay nada inusual en el sur de Irak". "Las tropas continuó, "que hay allí [cerca de la frontera con Kuwait] están en la zona desde hace tiempo".La reacción de Estados Unidos coincide con la presencia de 2.000 marines en Jordania, enviados para hacer maniobras militares junto a tropas jordanas e israelíes en el mar Rojo, y con las presiones de Washington para que el rey Hussein corte sus lazos económicos con Irak. El presidente Bill Clinton garantizó la seguridad de Jordania, la semana pasada, después de la deserción de dos yernos del presidente Sadam Husein, que ocupaban cargos de muy alta responsabilidad en el régimen, y de que ese país les concediera asilo político.

Los oficiales del Pentágono transmitieron a los periodistas un sentimiento "de preocupación, no de alarma" por la movilización iraquí, que dicen que comenzó hace cinco semanas con la realización de ejercicios especiales y movimientos de columnas inicialmente hacia el norte del país y después hacia el sur. Efectivos del Ejército, la Fuerza Aérea, Ia Guardia Republicana y otros cuerpos de élite participan en las maniobras.

Tropas en la zona

Hasta el momento, la respuesta del Pentágono consiste en enviar importantes cantidades de equipamiento y material bélico e infraestructura para las tropas que están permanentemente en la zona: unos 20.000 soldados, alrededor de 200 aviones y 18 buques, además de otros 18 barcos disponibles en el Mediterráneo.En los ejercicios bélicos de EE UU, Israel y Jordania, bautizados con el nombre de Claro de Luna Infinito, participará el portaaviones Roosevelt, que tomó parte en la guerra contra Irak de 1991 y precisamente desde el mar Rojo, cuyos aviones F-14 y F18A pueden llegar hasta Bagdad. El portaaviones Abraham Lincoln, que debería abandonar hoy el golfo Pérsico, ha aplazado su partida hasta que llegue su relevo, el Independence.

El mensaje del Pentágono sobre los riesgos que asumiría Bagdad con una eventual movilización militar hacia el sur se complementa con la presión que se lleva a cabo en Jordania. Una delegación de altos funcionarios norteamericanos, dirigida por Robert Pelletreau, asesor del secretario de Estado, y Mark Parris, asesor de la Casa Blanca, se encuentra en Ammán para , según el diario The Washington Post, que cita fuentes de la Administración, presionar a Jordania para que reduzca drásticamente sus relaciones económicas con Irak. Una pieza clave de esta estrategia, añade el diario, es convencer a Arabia Saudí y Kuwait de que vendan a Jordania el petróleo que ahora es suministrado por los iraquíes. Éstos suspendieron sus ventas a Ammán en represalia por el apoyo del rey Hussein a Irak.

En opinión de Washington, el cambio de postura de Jordania, materializado en la acogida de personas pertenecientes al entorno. íntimo de Sadam, debe ser aprovechado al máximo, en la medida en que crea "una oportunidad única" para aislar más al régimen iraquí.

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Por otra parte, Bagdad entregó ayer información a la comisión de la ONU encargada del desarme iraquí sobre sus programas de armamento biológico y nuclear, según informó Rolf Ekeus, presidente de ésta.

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