Comprensiones
Una radioyente interviene en un programa tertuliano en el que se ha hablado de posibles malos tratos policiales a los detenidos de ETA. La radioyente razona: "Es que si no les torturan no hablan". Un general argentino, tras lamentar los hechos de la guerra sucia, razona: "No había otra manera de enfrentarse a la subversión generalizada".Los cuatro generales que, entre otros, se alzaron en julio de 1936 razonaban: "Teníamos que enfrentarnos a la subversión comunista". El ministro Solana ha necesitado que Aranguren razonara para ponerse a rueda del Induráin de la Ética Española y llegar con mejor o peor respiración a la cumbre del Monte Calvario del GAL, esa checa al parecer comprensible.
Buena parte de seguidores del partido del Gobierno se han metido en el búnker de la inevitabilidad razonable de la existencia del GAL frente a la conjura malvada de quienes quieren sacar partido de lo inevitable para hacerse con el poder. Entre los sueños de nuestra generación tal vez no estuvo el del poder, pero si alguna vez lo estuvo sin duda fue un ensueño sin checas.
Algunos, no tantos como luego se apuntaron, tuvimos el honor de luchar contra el franquismo con las manos limpias y era inconcebible que entre nosotros creciera un nuevo chequismo y una corrupción esencial basada en la doble verdad, la doble moral y la doble contabilidad del poder democrático.
Al lado de esta perversión, lo de los dineros volatilizados es una chuchería de la indignación. Lo terrible es haber perdido la inocencia histórica y contribuir a que se generalice al máximo la complicidad chequista, esa ética de cierta izquierda dispuesta a hacer frente a traidores, cínicos y pusilánimes que con la excusa del GAL les quieren quitar el sueño.
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