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Prohibida toda actividad en la 'catedral del bakalao'

Jan Martínez Ahrens

Ilegal de abajo arriba. Se levanta en suelo no urbanizable, carece de licencia como sala de fiestas, incumple las medidas de seguridad y le falta un plan de protección y urgencia. Así es la catedral del bakalao. O por lo menos así lo considera el Ayuntamiento de Madrid, que ha decidido prohibir por "peligrosidad inminente" toda actividad en el edificio que alberga la discoteca Attica -planta baja- y la taquería Pancho Villa -terrazas-.La orden de cierre ha sido trasladada a la Policía Municipal y a la Delegación de Gobierno para que garanticen su cumplimiento. Ésta es la respuesta municipal al desafío lanzado por los dueños del local, quienes anunciaron que mañana abrirán las terrazas. Al igual que hicieron el pasado domingo, cuando se celebró una multitudinaria fiesta secreta en la taquería.

"Abriremos porque no se nos promete nada, sólo nos ofrecen una reunión", manifestó ayer Alejandro Conde, uno de los dueños, quien insistió en que su local ha pasado la inspección de Protección Civil, de Industria y de Sanidad.

Fiesta secreta

Los dueños del 'templo del bakalao' abrirán pese a la orden de clausura

El enfrentamiento de los dueños de Attica con el Ayuntamiento nace en octubre de 1994, cuando se ordena el precinto del establecimiento por carecer de licencia. Tras un fracasado intento de abrir una discoteca similar en Torrejón de Ardoz -también clausurado-, los propietarios decidieron reiniciar la actividad en el edificio situado al borde la N-II, en el límite del término de Madrid con Coslada y San Fernando de Henares.El cuatro de junio celebraron una fiesta secreta. Durante la celebración, no sólo se burló el precinto municipal. Un joven que había consumido drogas agonizó a las puertas. Al día siguiente, la policía detuvo a los propietarios por los supuestos delitos de imprudencia temeraria y desobediencia. La discoteca fue nuevamente precintada. El pasado domingo se celebró otra fiesta secreta. Los propietarios abrieron las dos terrazas donde se ubica la taquería. Allí dentro, se reunió un millar de jóvenes, al ritmo de cuatro pinchadiscos. Los dueños argumentaron que la taquería disponía de una licencia de actividad como restaurante. El martes, el Ayuntamiento clausuró el edificio y solicitó un precinto judicial. Ahora, se añade la orden de clausura de actividad.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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