El reajuste del Gobierno japonés no toca a los ministros clave de la coalición

El primer ministro japonés, el socialista Tomiichi Murayama, acometió ayer un reajuste de Gobierno mayor de lo esperado con el que pretende combatir el parón económico y mejorar la imagen del Gabinete tripartito formado hace 13 meses con los conservadores Partido Liberal Democrático (PLD) y el Sakigake.Las principales carteras ministeriales del segundo Gobierno de Murayama, de 71 años, se mantienen en las manos del presidente del PLD, Yohei Kono -Asuntos Exteriores y viceprimer ministro-, y del líder del Sakigake, Masayoshi Takemura -Hacienda-, mientras que la de Comercio Internacional e Industria la retiene Ryutaro Hashimoto, del PLD.

Con esta táctica, Murayama salvó una vez más la unidad de la alianza, en entredicho desde el tremendo revés sufrido por la coalición en las elecciones del mes pasado para renovar la mitad del Senado.

Nadie espera que este reajuste de muchos nombres y poco contenido sirva para alejar la mala fama del matrimonio de conveniencia que forma este Gobierno.

Ayer mismo, varios de los ministros salientes acusaron al jefe del Ejecutivo de ceder una vez más a las luchas interpartidistas de sus aliados, en especial de los poderosos liberaldemócratas, que pronto deberán elegir nuevo líder. De hecho, el PLD era el único partido que exigía cambios en el Gabinete, mientras que Murayama se había mostrado públicamente contrario a mover a uno solo de sus ministros.

El principal grupo de la oposición, el Shinshinto (Partido de la Nueva, Frontera), calificó el reajuste de "farsa" destinada a mantener a la coalición y a Murayama en el poder.

En realidad, la única sorpresa del reajuste fue el nombramiento como ministro del Organismo de Planificación Económica de Isamu Miyazaki, un renombrado economista independiente, presidente del Instituto de Investigación Daiwa y consejero del primer ministro.