Fórmula igualitaria
El festival anual de este, pintores co pueblo serrano cercano a Marbella aparece como prototipo de la inmensa mayoría de festivales flamencos estivales que se celebran en Andalucía desde hace ya 30 años. Es verdad que su número ha disminuido drásticamente desde el final de la pasada década, cuando se llegaron a contabilizár cerca de 200. Las causas de su declive, al margen de la crisis de las subvenciones, han sido principalmente de orden intemo. Y de esto hemos tenido buena prueba en el festival comentado.En Ojén se ha dado, una vez mas, un protagonismo excesivo al cante en detrimiento de las otras facetas del flamenco: el baile, la guitarra. Además, y sobre todo, se han mezclado a figuras de distintas tallas en un peligroso afán igualitario del que ha salido perjudicado el nivel artístico general. En un cartel en el que se. encuentran alguno de los nombres más prestigiosos del momento: Carmen Línares, José Mercé, Moraíto Chico o Calixto Sánchez, se comparaban otros de referencia local o regional, capaces solamente de cumplir un modesto papel en un ámbito de audiencia mucho más reducido.
Festival Flamenco Castillo del Cante de Ojén
Al cante: Carmen Linares, José Mercé, Calixto Sánchez, Luis de Córdoba, Arrierito de Colmenar, Aguilar de Vejer, José Parrondo. Al baile: Inmaculada Aguilar. Al toque: Manolo Franco, Moraíto Chico, El Juani y Niño Rinquín. Patio de las Escuelas, 5 de agosto, Ojén.
El concierto, que comenzó con cerca de una hora de retraso, no finalizó hasta pasadas las cinco de la madrugada del domingo. Su duración, de seis horas, fue poniendo a prueba la capaci-dad de aguante del público, que llenaba inicialmente el recinto. Así, a las últimas actuaciones de los artistas de más tirón -Mercé, Calixto y Carmen Linares- sólo llegaron los asistentes mejor pertrechados y aclimatados para soportar las incómodas condiciones ambientales.
Pese a todo, los heroicos aficionados fueron premiados por los tres cantaores mencionados; cada una de sus intervenciones tuvo momentos de gloria: José Mercé, por malagueñas, dio una lección de jondura y contención; Calixto Sánchez remató su repertorio habitual con una tanda de fandangos, algunos. fuera de micrófono, de una enorme calidad. Carmen Linares, que había cantado unas horas antes en Rota, supo crear magia por. alegrías y bulerías por soleá.
Anteriormente, Luis de Córdoba mostró una acentuada tendencia. hacia un tipo de cante lírico agileguero que entra en contradicción con las tonalidades del flamenco. El baile de Inmaculada Aguilar no pasó de dejar un sabor graciosillo.
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