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La "guerra de fogueo" entre China y Taiwan

Pekín se revuelve contra la provincia rebelde cuando parece inminente la transición post-Deng

Tras una década de relativa bonanza, las aguas del estrecho de Taiwan se han agitado y un maremoto amenaza a Pekín y Taipel. La inestabilidad que atraviesa el régimen comunista, cuyo máximo dirigente, el nonagenario Deng Xiaoping, está a las puertas de la muerte, ha facilitado la escalada bélica entre el continente y la isla refugio de los nacionalistas desde que perdieron la guerra civil, en 1949. A ésta se añade que, en estos momentos de debilidad política, el Ejército Popular de Liberación (EPL) se ha ungido de nuevos poderes de salvador de la patria, y el "territorio irrenunciable de la patria" pasa por Taiwan. "El EPL no evitará el uso de la fuerza y no permanecerá, inmóvil si otros países se entrometen en los asuntos internos de China para conseguir la independencia de Taiwan o si las autoridades de la isla se empeñan en dividir el territorio", dijo el lunes el ministro de Defensa, Chi Haotian, en clara advertencia a Taipel y a Washington.Altos mandos militares se quejaron al jefe del Estado, Jiang Zemin, por no haber respondido con firmeza al "desafío norteamericano" que supuso permitir una visita privada a EE UU del presidente de Taiwan, Lee Teng-hui. La concesión de este visado, en junio pasado, fue el detonante de una tormenta política cuyas consecuencias están por ver.

A dos años de la cacareada reunificación pacífica con Hong Kong, prevista para el 1 de julio de 1997 y que debería servir de ejemplo a seguir por Taiwan, China ha engrasado su vieja política de cañoneras, y en los últimos días de julio disparó seis misiles guiados tierra-tierra, con capacidad nuclear, a tan sólo 140 kilómetros del norte de la isla rebelde.

El impacto en Taipei no se hizo esperar. La Bolsa se tambaleó y Lee dijo ante la Asamblea Nacional que Taiwan se replantearía la posibilidad de dotarse con armamento nuclear para defenderse. Pero, dos días después, dio marcha atrás y afirmó que, "aunque la República de China [Taiwan] tiene capacidad para desarrollar armas nucleares, definitivamente no las desarrollará".

Sin declaración pública alguna, el núcleo militar chino más reaccionario está presionando a los mandos del EPL para que se ponga a prueba todo el arsenal militar y se revisen los planes de contingencia para impedir que Taiwan se declare independiente.

La democratización del régimen isleño y la pérdida creciente de influencia del antiguo partido único, el Kuomintang (nacionalista), que también defendía a ultranza la indivisibilidad de la patria china, han hecho aumentar espectacularmente en Taiwan el número de partidarios de la independencia. Muchos de ellos pertenecen a las generaciones nacidas en la isla que tienen ya derecho a voto, que no conocen el continente ni han vivido la guerra civil y que, por tanto pasan de reunificación

Este hecho que, evidentemente, no es novedoso, se hizo patente, con la fuerte campaña desatada este año por Taiwan para hacerse miembro de pleno derecho de la ONU, de donde fue expulsada en 1972, para dejar su escaño a China, y muy especialmente con el viaje de Lee a Estados Unidos. Además, el año próximo, los taiwaneses elegirán por sufragio universal a su presidente, con lo que dan un nuevo paso hacia la formación de un auténtico Estado democrático.

"Nunca nos quedaremos de brazos cruzados contemplando cómo un solo centímetro del territorio se separa de la patria", afirmaba el 1 de agosto el editorial del Diario del Ejército de Liberación, en el 68º aniversario de la fundación del EPL.

Ningún observador político o diplomático interpreta al pie de la letra la amenaza. La posibilidad de una invasión no se ve ni tan siquiera remota, pero si siguen sonando los tambores de guerra no sería descartable un bloqueo naval de Taiwan.

La falta de un claro sucesor de Deng, que este mes cumple 91 años; la lucha por el poder en el seno del PCCh y la poca estima de que goza Jiang Zemin en el EPL -a pesar de que también encabeza la poderosa Comisión Militar Central -, han lanzado a la cúpula militar a la búsqueda de un protagonismo que tiene su mina en la isla rebelde.

En este momento se realizan ejercicios militares en la costa de la provincia de Zhejiang, al norte de Taiwan. En respuesta, Lee anunció el martes pasado que el Ejército nacionalista hará unos ejercicios "de cierta envergadura" alrededor del 10 de octubre. Estos ejercicios tienen como fin "demostrar a la población" taiwanesa la "preparación militar" y el "poder defensivo" que tiene el Gobierno de Taipei y "tranquilizarla" tras la preocupación sembrada por los disparos de misiles.

Pero no todo han sido palos en estos días, también hubo alguna zanahoria. Así, Liu Huaqing, de 78 años y vicepresidente de la Comisión Militar Central, hizo un llamamiento a los "hijos e hijas de China" para que cumplan la "tercera ronda de cooperación entre comunistas y nacionalistas y completen la misión de, reunificar la patria". El cada vez más intenso comercio entre Pekín y Taipei y las multimillonarias inversiones de la isla en el continente juegan, con una implacable lógica económica, a favor de que no llegue la sangre al río.

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