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De intervención limitada a guerra total

La última ofensivo croata en Bosnia abre un abanico de posibilidades sobre la evolución del conflicto

Ramón Lobo

La victoriosa ofensiva del Ejército regular croata en el valle de Livno, con las conquistas de Glamoc y Grahovo, dentro del territorio de Bosnia-Herzegovina, tiene como objetivo declarado aliviar la presión serbia sobre el asediado enclave musulmán de Bihac, zona teóricamente protegida por la ONU. Esto sería consistente con el pacto de Split, la semana pasada, entre los presidentes croata, Franjo Tudjman y bosnio, Alia Izetbegovic. Pero, ¿son éstos los únicos objetivos?, ¿no hay tentación de ir más lejos?La mayoría de los ministros de Exteriores de la Unión Europea, sobre todo los que tienen más cascos azules sobre el terreno, manifestaron el pasado sábado, en su reunión sobre el Mediterráneo en Túnez, su disgusto profundo con Washington y Bonn, pues están convencidos de que Croacia ha actuado en Bosnia con el permiso, si no con el aliento, de Estados Unidos y Alemania. ¿Está pues haciendo Croacia el trabajo sucio de la OTAN?

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Éstas son las opciones militareis que hay en estos momentos.

Operación Knin. Los croatas, aprovechando la excusa de socorrer a sus ahora aliados musulmanes de Bosnia, lanzan una operación militar sobre el sur de Krajina, bien aislando por completo Knin, la capital de los serbios secesionistas de Croacia, o bien conquistándola, expulsando a sus moradores hacia el norte, hacia las localidades de Glina y Petrinja, en la Krajina central.

Con la toma de Grahovo, ambas opciones son posibles: Knin queda a 20 kilómetros, a. tiro de las armas pesadas del bien pertrechado Ejército croata. Croacia ha acumulado en el área entre 10.000 y 20.000 soldados. Algunas de las unidades son las de intervención rápida, las mismas que tomaron en 36 horas el enclave serbio en Eslavonia occidental en mayo.

Una eventual conquista del sur de Krajina permitiría a Zagreb reintegrar a la unidad nacional una nueva porción de territorio, aislando a los serbios secesionistas en Krajina central y Eslavonia oriental. La primera quedaría aplazada a una posterior acción militar, y la Eslavonia sería sujeto de negociaciones (una partición) con Serbia.

La opción Knin es la más probable, pues no es probable que los croatas, antiguos enemigos de los musulmanes -a los que desde la televisión oficial de Zagreb se calificaba de "muyaidines" y "terroristas" hace tan sólo 20 meses-, ayuden a Sarajevo sin obtener ventaja propia.

Golpe en Bosnia central. Esta opción involucra a la Armija bosnia (de mayoría musulmana). El desvío de la operación croata hacia Donji Vakuf y Jajce, en Bosnia central, apreciado en las últimas horas, apunta en esta dirección. La Armija ha efectuado en los últimos meses diversas operaciones de cerco en la zona de Donji Vakuf, donde tiene interesés estratégicos. El apoyo musulmán a los croatas en la espectacular toma de Kupres el año pasado, la primera gran derrota de los serbios de Bosnia desde el inicio de la guerra en 1992, tiene una contrapartida pendiente. Y ésta es Donji Vakuf.

Jajce, de mayoría musulmana antes de la guerra y donde hubo una atroz limpieza étnica en el verano de 1992, tiene un valor simbólico. Allí fundó Josef Broz Tito su Yugoslavia comunista durante la Il Guerra Mundial.

Multiplicación de frentes. La Armija bosnia, sin aparente coordinación con Zagreb, aprovecha la operación del Ejército regular croata cerca de la frontera con Knin, que ha obligando a los serbios croatas y bosnios a distraer tropas de otros frentes, para golpear donde se ha mostrado últimamente más fuerte: en la zona de Doboj, en Bosnia central; en Tmovo, al sur de Sarajevo y oeste de Gorazde, y en el mismo Sarajevo, donde la gran ofensiva, en siete frentes diversos, iniciada en julio, puede reactivarse en cualquier momento.

Pacto global. La más improbable de todas las opciones. Croatas y musulmanes bosnios deciden lanza r una ofensiva coordinada contra sus enemigos serbios de Croacia y Bosnia para posicionarse con ventaja ante la llegada del invierno o ante una eventual solución diplomática impuesta desde fuera.

En este supuesto, a juicio de los expertos de las Naciones Unidas en Sarajevo, el golpe más audaz sería el paso de la frontera del río Sava, al norte de Bosnia, por parte del Ejército regular croata, en apoyo de sus hermanos croatas de la bolsa de Orasje, y el posterior corte del corredor de Posavina, que une a los serbios de Krajina con los de la madre Serbia y unifica las vastas conquistas de Bosnia oriental y occidental del líder serbobosnio, Radovan Karadzic.

Posavina es la yugular serbia, por ello tiene un riesgo: que Belgrado vaya más allá de la denuncia verbal. Sería la guerra total, algo que no interesa a Croacia ni a sus presuntos patrocinadores. Sólo beneficiaría a las autotidades bosnias, que llevan tres años esperando, como si fuese un milagro, la intervención exterior.

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